¿Ha vuelto realmente el lobo a la Comunidad Valenciana?: «Me chirría un poco»
El Debate conversa con el principal experto encargado de analizar si el ataque mortal a diez ovejas en Aras de los Olmos fue por parte de una manada de lobo ibérico, una jauría de perros asilvestrados o algún otro animal
Cuando Antonio Miguel Álvaro se encontró la matanza de diez de sus ovejas en la localidad valenciana de Aras de los Olmos, saltaron todas las alarmas. Las de los ganaderos, ante el temor de comenzar a sufrir las mismas consecuencias que en otros puntos de España, y las de los conservacionistas, que podrían celebrar la recuperación en otra comunidad autónoma de una de las especies animales más emblemáticas de España y que, tras décadas amenazada, ahora se expande por buena parte del país.
Pero, ¿ha vuelto realmente el lobo ibérico a la Comunidad Valenciana? Y, aunque no hubiera manadas asentadas en la región, ¿es posible que haya cruzado el límite de Teruel para buscar nuevas zonas de depredación? Desde AVA-ASAJA, la asociación que denunció el «primer ataque declarado del lobo a ganado en la Comunitat Valenciana», lo tienen claro, pero existen dudas sobre que esto sea realmente así.
Jesús Cardells es, con permiso de los análisis científicos y las pruebas fotográficas, el máximo responsable de dilucidar si lo acontecido en esa localidad al noroeste de la provincia de Valencia fue obra del Canis lupus signatus, de una jauría de perros asilvestrados o de algún otro animal. Este profesor de Veterinaria de la Universidad CEU-Cardenal Herrera atiende a El Debate tras visitar la escena del crimen, que, según lamenta, había sido alterada.
El experto explica que cuando llegó allí junto a media docena de técnicos de la Consejería de Medioambiente de la Generalitat Valenciana, los cuerpos de los ovinos habían sido agrupados, como muestran las imágenes difundidas por AVA-ASAJA. «Se habían cambiado de sitio y eso no ayuda nada al diagnóstico», apunta Cardells, quien relata que, de los diez cadáveres, «solo tres tenían lesiones de mordedura». «Las otras siete ovejas estaban muertas, pero sin marcas de colmillos. Pueden haber muerto por aplastamiento, al entrar el animal en la explotación y salir huyendo», precisa.
Según el relato del ganadero, los lobos entraron por la noche por debajo de la valla que rodea su recinto y mataron a una decena de sus animales asfixiándolos con mordeduras en el cuello. El resto de animales, unas 400 cabezas de ganado ovino, salieron corriendo y se desperdigaron por el monte, muchas de ellas en estado de gestación, lo que podría provocarles problemas a la hora de dar a luz.
Cardells, junto a algunos de los estudiantes que lo acompañaron, tomaron muestras de las heridas para poder analizar la saliva del depredador y, así, poder determinar si se trata de lobo o perro. Asimismo, recogieron heces de los carnívoros que había en la zona para, del mismo modo, tratar de discernir si los genes son del gran cánido salvaje o de su descendiente directo. En este sentido, el veterinario indica que, pese a ser prácticamente la misma especie, «hay genes específicos que son de lobo y se puede buscar una secuencia genética que es fiable».
A la espera del diagnóstico molecular
«Hay que ver si las lesiones son compatibles y realizar el diagnóstico molecular. Si es positivo, es positivo, no hay más, y, si es negativo, la sensibilidad de las pruebas no es muy alta, por lo que tampoco significaría que no han sido lobos y habría que determinarlo por las fotografías. En las heces la sensibilidad sí es más alta», detalla este experto, que relata que todavía no sabe cuándo estarán listos los análisis definitivos. «Procesaremos las muestras y las enviaremos el lunes, para hacerlas pareadas», apunta, en relación a que se han mandado al laboratorio de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Y es que, «por rapidez, se ha remitido a unos compañeros de Barcelona que tienen la técnica a punto y trabajan diariamente con muestras del lobo de Pirineos y de oso». Cuestionado sobre si esas pruebas detallarían si la eventual subespecie de lobo es la ibérica o la italiana, cuya presencia se ha detectado en Cataluña, señala que no, ya que el coste sería demasiado elevado, aunque matiza que tienen genes diferentes. «Creo que no será el italiano, porque no hay noticias de que haya bajado de los Pirineos», agrega.
A falta de las evidencias científicas, que tendrán la última palabra, a Cardells a priori hay algunos aspectos del caso que le descolocan. «Me llama la atención que las mordeduras no eran muy profundas y que no había depredación. Me chirría un poco», afirma, al comprobar, como se ve asimismo en las imágenes que hoy muestra este diario, que los animales que atacaron al rebaño no se alimentaron de sus presas.
Algunos de los casos de supuestos ataques de lobos que se han denunciado en la vecina provincia de Teruel finalmente fueron de perros salvajes
Al respecto, expone que «los animales –en referencia a las ovejas– saltaron la valla y se esparcieron. Había algunos cadáveres por fuera, por lo que igual podría haber alguno depredado y que nadie lo hubiera visto, pero habría llamado la atención de los buitres, de otros carnívoros e incluso del jabalí». Por último, recuerda que algunos de los casos de supuestos ataques de lobos que se han denunciado en la vecina provincia de Teruel finalmente fueron de perros asilvestrados y cita el caso concreto de un amigo suyo que tiene una explotación ovina cerca de la localidad de Manzanera. En todo caso, insiste en que esto son conjeturas y que no podrá determinarse hasta obtener el veredicto de las pruebas de laboratorio.
La Generalitat Valenciana está a la espera del resultado de las pruebas e informes realizados «para poder tomar las conclusiones pertinentes», según explicaba el viernes, aunque, por el momento, lo único que hay de cierto es que el propietario de las ovejas ve «incalculable» el montante de las pérdidas económicas que ha supuesto este episodio, ya que, además de las ovejas muertas, el 90 % de los otros cuatro centenares estaba preñado, con previsión de alumbrar a los corderos el próximo mes de abril y es una incertidumbre saber cuántas lo harán después de haber sufrido tanto estrés.
La Consejería de Medio Ambiente, Agua, Infraestructuras y Territorio ha anunciado que ha intensificado los controles en la zona y ha instalado cámaras de fototrampeo en el área donde se ha registrado el ataque «para detectar cualquier movimiento en la zona que permita tener más información al respecto». Además, el departamento que lidera Salomé Pradas está en contacto con el Gobierno de Aragón para recabar información y recibir asesoramiento sobre un fenómeno que, de confirmarse, haría aproximadamente un siglo que no se vivía en la región, la ancestral lucha entre el lobo y el hombre por los recursos.