Puesto de venta de pescado en Galicia.

Puesto de venta de pescado en Galicia.Carlos Castro / Europa Press

El desatino de Europa contra la pesca de arrastre reduce un 30 % la producción de artes que no tocan el suelo

«Han confundido todo por las prisas con una bandera medioambiental», denuncian desde la organización de productores pesqueros del Puerto de Burela

La Comisión Europea puso en marcha, desde el año 2022, medidas encaminadas a salvar la biodiversidad marina en un amplio terreno. Su objetivo es que en el año 2030, un 30 % de las aguas comunitarias estén protegidas. El problema es, tal y como apunta Sergio López, miembro de la organización de productores pesqueros del Puerto de Burela, que las medidas han arrasado, no solo con la pesca de arrastre sino con artes como el palangre que no toca los fondos.

Las razones son múltiples. La primera es algo tan simple como la denominación del tipo de pesca. El palangre calificado «de fondo» ha sido incluido en la normativa de Europa a pesar de, tal y como reconoce el propio Greenpeace, «tener un impacto mucho menor en el lecho marino que otras artes tales como las redes de arrastre».

La pasada semana, el Tribunal General de la Unión Europea en Luxemburgo celebró la vista oral de los recursos judiciales presentados por la organización de productores pesqueros del Puerto de Burela y del Estado Español contra el reglamento aprobado en septiembre del año 2022. Este prohíbe la pesca de fondo en 87 áreas. Este reglamento, parte de otro vigente desde 201 con el que se pretendía regular la pesca de especies profundas y proteger los espacios marinos vulnerables.

Tal y como destaca, Sergio López en conversación con El Debate la afectación de estas normativas ha sido masiva. Se queja de la falta de estudio previo de la situación, lo que ha llevado a que la propia Comisión «se confundiese con artes como el palangre por el mero hecho de calificarse ‘de fondo’». Además, el arrastre «ya se había movido de esas zonas» con la normativa de 2016 por lo que han sido ellos los que se han visto más perjudicados. Al instaurarse zonas vetadas se ha producido un efecto dominó que ha hecho que todos los tipos de pesca queden afectados al verse confinados en espacios más pequeños. «Nos han obligado a movernos desde donde era más rico el caladero a otras zonas. Imagínate la repercusión económica. Más barcos tienen que estar pescando en menos sitio», resume López añadiendo que «hay momentos que los barcos tienen que estar 1 o 2 días esperando porque hay que turnarse». «El pescado está donde está. Lo que genera es un efecto tapón», sentencia.

Sergio explica que el palangre de fondo tiene como objetivo la merluza. Esta vive en la columna de agua y no en el fondo, por lo que los anzuelos se sitúan entre 10 y 100 metros del suelo. «La merluza no está incluida entre las especies de profundidad. Han confundido todo por las prisas con una bandera medioambiental que no ha sido tal», asegura añadiendo que las prohibiciones les han hecho reducir «un 30 % del volumen anual».

La denuncia de su agrupación subraya que es importante que las normativas vayan acompañadas de estudios previos para conocer la afectación y la mejora que estas prohibiciones supondrían. «Al no tener estudios suficientes han disparado a todos. Los informes suyos no existen», subraya.

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