Calle en la que se ha producido la okupación

Calle en la que se ha producido la okupación

Víctima de una inquiokupación en Arteixo: «Veo cómo se van de chiringuitos mientras siguen en mi piso sin pagar»

El testimonio de la propietaria refleja la desprotección de la que se quejan los propietarios con casas en alquiler

La vida de Montse cambió cuando en diciembre del año 2022 decidió alquilar su piso de Villarodís, en Arteixo, a una pareja con un hijo que dejó de pagarle a los pocos meses. Ahora, los inquiokupas cuentan con un informe de vulnerabilidad que aleja a su propietaria de la posibilidad de recuperar su inmueble.

En conversación con El Debate, la dueña de la casa relata –aportando documentos que así lo acreditan–que su inquilino contaba con un trabajo «con una nómina que estaba bien» y que los problemas económicos debidos a una sentencia por otro motivo personal desencadenaron el impago.

Fue en el mes de marzo de 2022 cuando comenzaron las inconsistencias en el alquiler. En este punto, Montse asegura que se comunicó con sus inquilinos, que le prometieron que les pagarían. «Yo le dije que si tenía un problema me lo podía decir. Me podía decir que me pagaba poco a poco o lo que sea», cuenta, añadiendo también que les propuso romper el contrato y que abandonasen la casa. Sin embargo, eso nunca ocurrió.

Fue el seguro de impago el que se hizo cargo durante 13 meses más del alquiler. Desde entonces, la propietaria cuenta con un piso en propiedad del que no puede hacer uso.

Montse reconoce que las personas en posible situación de vulnerabilidad deben ser ayudadas. Sin embargo, recalca, que estas ayudas deben ser por parte de la Administración. «¿Y a mí quién me ayuda? Yo también tengo una hija menor», se queja, añadiendo que, en un principio, el sueldo de su inquilino era incluso mayor al suyo.

Además, el informe de vulnerabilidad de la familia okupa no será revisado por el juez al haber una sentencia al respecto. Por lo tanto, el desalojo se convierte en algo más difícil.

Por otro lado, Montse tiene que seguir pagando el IBI y los impuestos de basura a pesar de no poder ni disfrutar de su casa, ni poder alquilarla. Aunque no puede tener certeza total, la información de la que dispone es que sus inquilinos tampoco pagan las facturas como la de la luz.

Por si la situación no fuese suficiente para generar estrés a la propietaria, Montse asegura que es duro tener que ver cómo publican en redes sociales «cómo se van a tomar cerveza a los bares y a los chiringuitos» mientras ella sigue sin cobrar el alquiler.

Por el momento, la propietaria no tiene la solución a su problema ya que las leyes amparan este tipo de okupaciones y es el propietario el que queda desprotegido a través del denominado como decreto antidesahucios que acaba de ser prorrogado por el Gobierno.

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