Acampada en la Universidad de Santiago de Compostela
La Universidad de Santiago estudia suspender toda actividad por el descontrol de la acampada por Palestina
El profesorado como parte del alumnados comiencen a dar la espalada a los acampados
Se cumplen 17 días del encierro de los estudiantes de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) acampados en la Facultad de Geografía e Historia para mostrar solidaridad con el pueblo palestino. Pero lo que ha nacido como un movimiento reivindicativo ha terminado por dificultar la convivencia dentro de la facultad.
Desde la USC definen la situación como «incontrolable, anárquica y peligrosa». De hecho, hace unos días los alumnos de esta facultad, que vivían con la incertidumbre de si podrían o no realizar los exámenes, recibieron un correo del decanato advirtiendo que se había realizado un informe de riesgo y que los resultados habían sido preocupantes. Dicho informe define la situación como «no es segura».
Ante esta situación la USC se plantea suspender toda actividad, ante la negativa, por parte de los acampados, de conversar y negociar un nuevo reparto de espacios del edificio para liberar las aulas magnas y no tener que mover los exámenes a otras facultades. Una actitud que está provocando que tanto el profesorado como parte del alumnados comiencen a dar la espalada a los acampados.
Además, se empiezan a ver algunas consecuencias de la acampada a favor de Palestina como cristales destrozados y daños en diferentes estancias a lo que hay que sumar el deterioro del propio edificio con más de 200 años de historia con un gran valor patrimonial.
De hecho, la acampada impide que se realicen las obras de urgencia para trasladar 150.000 libros de la biblioteca, cuyo peso ha dañado la estructura del edificio y provocado una grieta de grandes dimensiones.
Aspecto que preocupa a la dirección de la USC, quien siempre ha defendido el derecho a la manifestación pero que también se ven en la obligación de garantizar la seguridad de las personas.
«Esta situación ha afectado de raíz a la actividad docente e investigadora y parece que va a obligar a interrumpir también la administrativa. Se ha convertido exclusivamente en un espacio de ocupación», afirman desde la USC.
