Ruptura total en el PSOE de Santiago: «No hay relación entre los ediles y la ejecutiva»

Este verano, el grupo socialista del Ayuntamiento de Santiago quedó partido por la mitad. La razón fue la decisión de sus concejales de votar a favor de la ordenanza de pisos turísticos impulsada por el BNG y con la que la directiva del PSOE estaba en contra.

Esta votación desencadenó una serie de luchas entre ambos bandos. «A día de hoy, desde que se inició nuestro expediente, no la hay, hay que ser sinceros», ha confirmado este jueves el portavoz del grupo socialista en el Ayuntamiento de Santiago, Gonzalo Muíños.

Los concejales aseguran que aún no han recibido comunicación alguna sobre el expediente disciplinario que la ejecutiva municipal abrió sobre su comportamiento. Por lo tanto, Muíños se mostró contrario a seguir hablando del asunto y dio por zanjado lo ocurrido. «Los asuntos internos se van a resolver donde corresponde y con la convicción de que no hicimos nada malo», aseguró tras garantizar que los ediles no se van a «distraer ni lo más mínimo con los asuntos internos».

Los presupuestos

Aunque la disputa entre ediles y ejecutiva es el tema más candente, la aprobación de los presupuestos de la ciudad será uno de los nuevos baches a la hora de sanar la herida abierta entre los miembros del mismo partido.

Muíños ha asegurado que no se ha dado comienzo a la negociación con la alcaldesa nacionalista pero ha puntualizado que la última palabra siempre la tendrán ellos y no la dirección del partido. «Creo que le quedó muy claro al Gobierno de la señora Sanmartín que realmente quien levanta la mano en los plenos es este grupo municipal», apuntilló.

Posibles sanciones

Por el momento, se desconoce la decisión que tomará la ejecutiva socialista de Santiago. Sin embargo, el reglamento interno del Partido Socialista marca que los grupos municipales dependerán de los órganos de dirección correspondientes y que todos sus integrantes deberán acatar las resoluciones, programas y acuerdos que en materia política les afecten.

Por lo tanto, los díscolos podrán enfrentarse a sanciones y medidas disciplinarias que aún están por dictaminar.