Restaurante-Pic-nic-Cordoba

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Los riesgos de la hostelería cordobesa en verano

La capital sufre una disminución de clientes en la época estival frente al incremento en la provincia

Tras el mayo cordobés, la temporada alta en el sector, la hostelería de la ciudad sufre un cambio radical de cara a la temporada estival: los pueblos de la provincia experimentan un repunte y frenan el consumo en la capital. Es hora de afrontar el verano para un sector que sirve de termómetro de la ciudadanía.

Según Miguel Ángel Morales, presidente de Horeca, asociación que representa a hoteles, restaurantes y cafeterías de Córdoba, en el inicio de esta época estival se producen dos pautas a nivel general, tanto a nivel de la capital como de la provincia bien diferenciadas. Mientras en la capital se ha registrado una afluencia ligeramente decreciente, la tasa de turistas es más alta que en años anteriores, a pesar de la ola de calor, en la provincia se experimenta una subida de la actividad debido al retorno de personas naturales de los diversos municipios y que regresan en época vacacional.

Ese descenso en el número de consumidores en la capital, debido mayormente al éxodo vacacional, es lo que motiva que, generalmente, se produzca el parón en los establecimientos de hostelería en la segunda quincena de julio y la primera de agosto, para retomar la normalidad a principios de septiembre, siguiendo la tónica general respecto a años anteriores.

Sale más rentable cerrar

Durante el año 2024 se ha registrado un incremento de ingresos en los establecimientos, aunque se han visto lastrados los beneficios debido al incremento de los precios de las materias primas y los suministros energéticos, además de registrarse una preocupante falta de personal cualificado. Cuando llega el verano, en algunos locales la clientela es mínima, motivando que, para mantener esa rentabilidad empresarial, algunos locales opten por echar la persiana, porque «son necesarias las vacaciones tanto para empresarios como para trabajadores», apunta Morales, y los que permanecen abiertos mantienen sus horarios, ya sean solo para servir desayunos, los que trabajan a tiempo partido o bien los que operan solo por la noche, manteniendo generalmente sus cartas, aunque adaptadas a la situación climatológica.

Ver para creer

Según el presidente de Horeca, «muchos turistas vienen de fuera cuando el termómetro marca 42 ºC porque no se lo creen». Igualmente, afirma que se ha pretendido desestacionalizar el turismo, porque en julio y agosto no se puede mantener el servicio que habitualmente se ofrece, por lo que, tras el Festival de la Guitarra, «es razonable que no haya eventos en agosto». En otro orden, Morales opina que ya se han superado los efectos que acarreó al sector la pandemia, aunque reitera que, desde entonces ha quedado más que patente la subida de los costes de la materia prima y de la energía, amén de la falta de personal que esté debidamente cualificado.

Un negocio no exento de riesgos

Por otra parte, hay establecimientos que cierran por jubilación de sus propietarios o porque no existe relevo generacional para mantenerlos operativos, «al igual que sucede en otros sectores económicos», declara, ya que «los empresarios de hostelería entienden que es una actividad en la que se involucran para toda la vida y es muy complicado mantenerse cuando está en riesgo el capital invertido y las posibles deudas a las que hay que hacer frente, en tanto que el empleado puede buscar otro puesto de trabajo».

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