Francisco Martín Quintero

Francisco Martín QuinteroJesús Caparrós

Francisco Martín Quintero, músico y compositor

«En la música hay miedo a ser excluido por decir que eres católico»

El músico onubense preside el jurado del I Concurso Internacional de Composición de Música Sacra 'Obispo Osio'

Confiesa vivir la composición «más como un artesanado que como una cosa extraordinaria». Francisco Martín Quintero (Huelva, 1969) es músico, compositor y profesor con un recorrido amplio y extraordinario. Sus obras han sido interpretadas por grupos como Musikfabrik de Colonia (Alemania), Ensemble Motocontrario de Trento (Italia), Trio Morelia (México), y los grupos españoles Trío Arbós, Taller Sonoro, NeoArs, Dúo Icarus, Omicron XXI, Zahir Ensemble , y grandes formaciones como la Orquesta de Radio Televisión Española, la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid, la Orquesta de Cámara de Andalucía o la Banda Municipal de Mallorca. Recibió el XXXIII premio de composición musical «Reina Sofía» en 2015 y actualmente es profesor de Composición y Orquestación en el conservatorio superior «Manuel Castillo» de Sevilla.

Ha estado en Córdoba presentando el I Concurso Internacional de Composición de Música Sacra 'Obispo Osio', una iniciativa encuadrada en los actos conmemorativos del 1.700 aniversario del Concilio de Nicea, celebrado en el 325, concilio que fue presidido por el obispo cordobés Osio, y que supuso un punto de inflexión en la historia de la Iglesia católica. Francisco Martín Jurado preside el jurado de este concurso auspiciado por la diócesis cordobesa que tiene una excepcionalidad en su propia naturaleza, la de la música sacra, en estos tiempos que vivimos con otro tipo de liturgias, que no solo nos alejan de lo sagrado sino de la más humana belleza.

Francisco Martín Quintero,

Francisco Martín QuinteroJesús Caparrós

- No hay muchos concursos de música sacra en España, y menos de carácter internacional.

- Yo solo conozco uno en Italia. En España desde luego que no. La tradición de la música sacra, por lo menos en nuestro país, ha sido de encargo. A un compositor se le ha encargado una misa o una música para la liturgia. Yo recuerdo el Officium defunctorum de Cristóbal Halffter como una de las cosas más recientes, algo que fue encargo de Naciones Unidas a raíz de la matanza de los jesuitas en El Salvador. Es una obra impresionante de música contemporánea, una de las mejores de su catálogo, pero técnicamente, al ser un oficio de difuntos, es música sacra. Otras más recientes son el Credo de Penderecki, que es otro encargo así como el Credo de Arvo Part. Y después están las obras de Sofiya Gubaidúlina, que tiene varias que podrían ser clasificadas como sacras y aunque no conozco los detalles, casi seguro que fueron encargos. Gubaidúlina es una autora rusa profundamente católica, algo que confiesa abiertamente. Una acción de la Iglesia a convocar un concurso es como una acción de mecenazgo. Y es un hecho inaudito en la actualidad.

- ¿Ha sufrido la música sacra también la secularización de la sociedad?

- Yo creo que claramente. La música sacra que escucho en misa está hecha para ser cantada por los fieles. Eso supone una serie de limitaciones, y no quiero parecer pedante, pero no se puede componer una música con otro carácter, como el de la investigación, para ser cantada por gente de a pie. Cuando yo compongo, no tiro de oficio, trato de superar mis propios límites y los límites del género en el que estoy. El animar desde el Concilio Vaticano II a que la gente participe en los cantos, y por lo tanto, superar una fase elitista que en otras épocas prohibía a los fieles participar, ha producido el efecto de una banalización de la música, en mi opinión.

Una acción de la Iglesia a convocar un concurso es como una acción de mecenazgo. Y es un hecho inaudito en la actualidad.

- Entre los escasos nombres de compositores de música sacra o religiosa hay pocos católicos.

- Muy pocos. Y en España, los que lo son, no lo dicen. Yo no lo oculto, pero no lo digo. Y eso ocurre por miedo a ser excluido, puesto que el ambiente dominante en la sociedad es de un gran rechazo a lo católico. Creo que se debe a ese miedo. Los que hay no sé quienes son (ríe) y conozco a muchos compositores. A raíz de esta entrevista va a saber que yo soy católico, claro. Pero no me importa, por supuesto.

- De todas maneras, el concurso que ya está en marcha, no exige ser católico. Solo se recomienda que los compositores participantes se instruyan o conozcan la liturgia católica romana.

- Cosa que no es fácil. El texto más reciente que conozco es el de Joseph Ratzinger, El espíritu de la liturgia, y hay un apartado en el que habla de música y liturgia. En él expone sus ideas de cómo debería ser la música sacra para adaptarse a la liturgia, de la cual tiene una idea muy definida, totalmente basada en las escrituras y en toda la literatura patrística. Ratzinger concluye que la letra debe de estar por encima de los instrumentos y recomienda que entre los ambientes apolíneo o dionisíaco definidos por Platón y Aristóteles, la liturgia requiere, evidentemente, lo apolíneo. Se trata de unir lo artístico, las sensaciones, al espíritu, y viceversa. De tal manera que los sentimientos vivifican el espíritu y el espíritu domina los sentimientos. Tal vez leyendo este capítulo se aclare mucho cualquier autor de qué es lo que se busca. Ratzinger también habla, y esto es mucho más complicado, de que la música debe tener una aspiración cósmica. La música tiene que elevar el espíritu del creyente para poder cantar a Dios con toda la creación. Esto te puede dejar un poco estupefacto, pero cuando te acuerdas de la música de Bach, sabes que Benedicto XVI se refiere a eso. Pero, ¡anda, que llegar hasta ahí…!

Francisco Martín Quintero

Francisco Martín QuinteroJesús Caparrós

- Puede además que la música sacra contemporánea deba hacerse según los gustos y corrientes actuales. Y ese es otro reto.

- Si se capta el espíritu de la liturgia, eso va a salir. Tiene que haber talento artístico. Y técnica. Hay que saber controlar los instrumentos, las tesituras. Hoy en día de un violín no se puede sacar un timbre solo, sino dieciocho. Es una paleta instrumental impresionante la que tiene en la actualidad el compositor. Pero eso no son más que recursos. Lo importante es el espíritu. Si eso está claro no debería suponer una dificultad. Es evidente que no saldrá una obra como las de Bach, y si intentan copiarlo no va a colar, porque eso es un ejercicio de estilo.

La música tiene que elevar el espíritu del creyente para poder cantar a Dios con toda la creación.

- El concurso se centra en el Credo niceno-constantinopolitano, el ‘credo largo’, como popularmente se conoce. Es una acotación importante pero también otro reto que tiene esta iniciativa.

- Sí. No son precisamente unas estrofas cortas que rimen bien, porque eso más fácil de musicalizar . El credo largo es más difícil, pero hay muchos recursos. No hay que recitar el credo desde el principio hasta el final . Se pueden hacer mil y una cosas para convertir algo que está pensado para ser recitado en que resulte musical. Pero eso ya son los recursos que tiene que poner en juego el compositor melódicas, los ritmos y las estructuras. Pero pienso que se puede hacer. Me parece más complejo lo que hemos hablado antes, el espíritu. Que tenga ese espíritu para integrarse dentro de la liturgia. Cualquier cosa no vale.

Momento de la entrevista

Momento de la entrevistaJesús Caparrós

- ¿La composición es inspiración o autodescubrimiento?

- Para mí siempre ha sido una epifanía. De repente se te abre la mente delante de algo que tenías ante ti, descubres la idea, y eso es la inspiración. No conozco otra cosa. Cuando me viene algo de fuera desconfío mucho. Hay compositores que presumen de que le llegan cosas constantemente y a mí también me pasa. Tengo una mente muy activa, pero ¿quién ha puesto eso ahí? Procede con toda seguridad de las cosas que yo he escuchado previamente, con lo cual corro el riesgo de plagiar a alguien. Lo que hago cuando me viene una inspiración es dialogar, negociar con ella, porque esa inspiración luego hay que meterla en una estructura, con unas texturas, y para eso debe cumplir con unas condiciones. Debe cuadrarme con los recursos que habitualmente utilizo.

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