Los cangrejos y Cristo
Recientemente un amigo, que tiene un programa de radio semanal sobre migraciones, nos preguntó -en un grupo de WhatsApp formado por personas vinculadas a distintas obras sociales- qué pensábamos sobre la actual crisis migratoria que estamos viviendo en España, más concretamente en Canarias, Ceuta, Melilla y el aeropuerto de Barajas.
Mientras pensaba qué responder tenía delante de mis ojos una típica estampa veraniega: tres cangrejos en una roca de mar. El mayor intentaba echar a los otros dos más pequeños . ¡Eso es! Eso es ya una clase de mirada sobre las cosas y la realidad, una toma de posición. La mirada del cangrejo. ¿Hay más tipos de mirar diferentes? Pensé en un relato de los evangelios que me parece increíblemente llamativo. Cuentan que Jesús, - Dios encarnado- entró en la plaza del pueblo con unos amigos y de toda la gente que había allí (mercaderes, escribas, fariseos, gente normal, gente de todo tipo) él se fijó, miró con atención, a una anciana pobre que echaba lo poco que tenía en el cestillo del templo. (Lc 21, 1-4). Y se lo dijo a los amigos con los que iba. «Mirad esta viuda». Se podrá creer o no en estas historias recogidas en el Evangelio, pero lo cierto es que es sorprendente: Dios omnipotente, todopoderoso, creador del cielo y tierra, plegándose sobre una pobre viuda. Pensarlo da un poco vértigo, desproporción y también ternura. Es la mirada de Dios.
Cada tema que miramos, la guerra Ucrania-Rusia, Palestina-Israel, la política, la religión, la agenda diaria, el ocio, el grupo de amigos, etc. Me doy cuenta de que se puede tener, esencialmente, uno de estos dos tipos de miradas, la del cangrejo o la del Señor, la de la ley del más fuerte o la de la ternura por el más débil.
Me conmuevo y se me llena el corazón cuando veo esta mirada de ternura en acto, en el presente, en alguien de nuestro mundo. Esa mirada la reconocí en un buen amigo, director de una ONG que recluta inmigrantes para el centro de acogida recién abierto. Actualmente alberga a 200 africanos llegados a Canarias y ha sido portada este verano en los periódicos de tirada nacional. . Uno de estos inmigrantes fichados para colaborar en el centro de acogida es mi amigo Moha quien vivió, durante dos años, en una tienda de campaña en Fuencarral.
¡Qué ternura! La mirada de este Dios ha producido la civilización más humana de la historia. A nosotros nos toca hacerla presente en nuestro tiempo, en nuestra generación, y sobre todo en las grandes fallas que se abren en ella. Tenemos suerte. Al creer en un Dios encarnado sabemos lo que piensa. Lo sabemos. Es increíble.
