Firma InvitadaBartolomé Madrid Olmo

Doce meses, doce relatos: balance de la indignación

Actualizada 04:30

Otro año queda atrás y se hace obligatorio el balance sobre un Gobierno errante que deambula teledirigido por sendas distantes al sentido común. Como no creo en más calma que la que engendra la razón, tal y como sentenciaba Séneca hace ya unos cuantos siglos, durante el año finalizado he plasmado en artículos de prensa pensamientos y opiniones ante la irracionalidad del ejecutivo. A ellos recurro para construir mes a mes el balance de la indignación.

Ya a finales de 2023 apelaba a la urgencia de las urnas para recuperar la normalidad democrática abandonada por el sanchismo y un año más tarde creo que su necesidad es imperiosa. Después, han discurrido doce meses y doce relatos, comenzando por un mes de enero en el que emulando a Tolkien reclamaba el resurgir de «La comunidad del Anillo», la que aglutina a todos los españoles que creemos en la libertad, el Estado de derecho y en la Constitución.

En el frío febrero dejaba con «Memoria y Terrorismo» constancia de un corazón helado ante el abominable intento de amortiguar el impacto que la palabra terrorismo provoca en la conciencia colectiva, haciéndome eco de las desgarradoras palabras de Ana Iribar, viuda de Gregorio Ordóñez: «Que no me digan que no sirvió para nada jugarse y perder la vida en Euskadi».

Iniciamos la primavera con el héroe auto elevado a los altares de la anticorrupción abrasado por el «ResKoldo socialista». Un soplo contracorriente y justiciero para intuir las cloacas podridas de la izquierda gobernante.

Pasamos por un abril seco en el «País de Nunca Jamás». Allí, un Peter sin pan nos encumbró en Europa al primer puesto en riesgo de pobreza infantil. Un país en el que nunca jamás pensamos que la mentira, la coacción, la intimidación o el simple chantaje fuesen los principales recursos para ejercer la acción de gobierno.

Por el mes de las flores sentimos «Vergüenza y algo más» con la epístola de un hombre supuestamente enamorado que culminó en junio con el ansia de ser «El Rey Enamorado» tras pedir el respaldo a 12.000 autobuseros de bocadillo bajo la tesis del puto amo de Puente, los chillidos de Montero y el servilismo canino de Ribera. España dolorida, maltratada y ridiculizada por el fango y los bulos de la ambición desmedida y el desprecio a la mínima decencia pública.

Allá por julio nos enfrentamos a un «Caso clínico con un Gobierno en fallo multiorgánico» debido al Shock Séptico provocado por Staphylococcus Puigdemonie, Bildubacilus Pneumoniae, Enterococcus Koldi y Chlamydia Familiae, agravado por un síndrome de narcisismo inflamatorio y otras patologías.

El sofocante calor de agosto trajo a colación a los «Poetas Andaluces» ante la denuncia de Juanma Moreno sobre la independencia fiscal catalana. Memoria de la rabia y la poesía contestataria andaluza para preguntarnos qué cantarían, mirarían o sentirían ciertos poetas andaluces ahora, cuando quienes marginan a Andalucía moran en la calle progresista.

En septiembre iniciamos el nuevo curso político con «Libertad y Democracia» ganando la votación en el Congreso para reconocer a Edmundo González legítimo presidente de Venezuela, pero nada vale para un ejecutivo cobarde y cómplice con los dictadores activos. El mismo que es valiente, manipulador y osadamente demagógico con los que crían malvas.

Y llegamos al octubre otoñal con «Sánchez y su Tropa» persiguiendo (e incrementando, según Tezanos) un voto gástrico trilero tras cada escándalo. Todo a costa del futuro de un país, condenándolo a una deuda insostenible, a una presión fiscal asfixiante, al privilegio de unos territorios frente a otros, a pactos encapuchados y al retroceso en las libertades individuales y colectivas. Todo envuelto en un halo sospechoso de corruptelas e intereses económicos en el que levitan como siniestros espectros Delcy Rodríguez, Ábalos, Koldo, Aldama, Begoña o el expresidente Zapatero.

En noviembre «La nada de la DANA» reveló con toda crudeza las trágicas consecuencias de la naturaleza enfurecida y del desgobierno. La DANA invocó a la nada sin corazón y sin alma de quien no tiene principios ni valores.

Y así llegamos al último mes del año creando relato sobre el «El macho alfa, el lobito y el lobato» y su congreso socialista, que en una suerte de éxtasis colectivo gritaba puño en alto «arriba los pobres del mundo», dando sentido a aquello de que los quieren tanto que los multiplican.

En fin, año perverso que reposa su ignominia en una frase demoledora: «si necesitan más recursos que los pidan». Palmario ejercicio dialéctico de prepotencia, incompetencia y confrontación.

E. Abbey dijo que "un patriota debe estar siempre listo para defender a su país contra su gobierno”. En una España sin presupuestos y al albur de los vientos independentistas se otean elecciones en el horizonte. Entonces será el gran momento para defenderla.

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