Una «llamada» que cambia vidas
El obispo, Demetrio Fernández, aborda en su carta semanal el Día de la Iglesia Diocesana
Con motivo de la celebración este domingo del Día de la Iglesia Diocesana, el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, dedica su carta semanal a esta realidad y se centra en la Iglesia particular de la Diócesis de Córdoba.
En concreto, el prelado explica que «aquí vive y camina la Iglesia santa de Dios, presidida por su obispo, asistida por sus presbíteros al frente de cada una de las parroquias, alentada por los religiosos y religiosas en sus múltiples carismas y sostenida por los miles y miles de fieles cristianos laicos, que viven en el mundo y en las realidades temporales, transformando desde dentro el mundo en que vivimos».
La estructura diocesana se articula en torno a las 233 parroquias que hay repartidas por toda su extensión. Esto hace, en palabras del obispo, que «la primera necesidad, por tanto, es garantizar que pueda haber sacerdotes para todas las parroquias, que celebren la Eucaristía y traigan a Jesús a cada altar, organicen la catequesis de niños, jóvenes y adultos, atiendan a los pobres y a los enfermos, administren el perdón de Dios para todos los que se acerquen a recibirlo, cultiven la piedad popular en cada una de las cofradías y hermandades que viven en nuestros pueblos y ciudades».
También antepone Demetrio Fernández la «primerísima necesidad» del Seminario para que de ahí salgan «muchos y santos sacerdotes», y como herramienta para cumplir este fin expone la oración y recomienda «la oración para que el Dueño de la mies mande trabajadores a su mies, y con nuestra limosna para su sostenimiento económico».
las vocaciones
En otro plano, el obispo apunta a la necesidad de conocer bien la vocación interior de cada uno. Recuerda la celebración en febrero del Congreso de Vocaciones y afirma que «la vida no discurre por nuestra propia iniciativa, sino que responde a un proyecto de Dios, y cada uno está llamado a aportar su vida en la construcción del Reino, en la nueva evangelización, en la edificación de la Iglesia en el nivel donde se encuentre».
Por último, el prelado cierra su carta semanal con un recuerdo al «gran desastre de las inundaciones en Valencia y en otros lugares de España», invita «a todos a colaborar en la medida de vuestros recursos en la reconstrucción de los pueblos devastados» y afirma que la colecta de este domingo en la Diócesis de Córdoba se destinará íntegramente al Arzobispado de Valencia «como nuestro grano de arena en la reconstrucción de tanta destrucción».
Puede leer íntegramente la carta semanal en este enlace.