Los intensos prolegómenos que preceden a la Cuaresma

Ha pasado el ecuador de enero y ya empiezan a crujir los engranajes de la Semana Santa. Hay que poner todo a punto en las hermandades para que luzca su esplendor. De un tiempo atrás, parece como si se estuviera cogiendo fuerza para poner en marcha nuestros impulsos, corazón y alma, basados en la fe. Ya han comenzado a escucharse los ensayos de algunas bandas de cornetas y tambores en las afueras de los polígonos como pistoletazo de salida a unos largos y laboriosos trabajos, a los que le seguirán los costaleros, las reuniones de hermandad, los actos religiosos, y otros muchos.

Esa labor callada de puertas para adentro, es la que queremos sacar a colación, el de miles de cofrades que se afanan con entrega y dedicación, quitando horas de ocio y dedicación a sus familias, para que el paso y sus titulares salgan orgullosos a la calle en su estación de penitencia. Ya sucedió la primera 'levantá' y todos siguen trabajando para la Semana Santa de 2025.

Los preparativos

Para alguno será este año su primera salida en estación de penitencia, otros celebrarán su aniversario, o la renovación de cargos. Habrá quien diga adiós a su cargo; algunos estrenarán atributos; existirá quien haya incluido alguna figura nueva en el paso; las bandas y agrupaciones musicales estrenarán alguna marcha procesional, y quizás alguna hermandad haya renovado sus túnicas…, pero lo que sí está claro es que todos, hermandades, agrupaciones y cofradías, repasan las notas de las ediciones anteriores y comprueban que tienen ya gran parte del trabajo hecho, aunque queda mucho todavía por hacer.

Hay que hacer algunas correcciones. Se trata de un trabajo ingente que es necesario dar a conocer al resto de la ciudadanía que ignora el tiempo y la dedicación que conlleva la organización y programación de una de las manifestaciones y tradiciones de más arraigo en España; y sobre todo en Andalucía, donde Córdoba tiene mucho que decir.

Los costaleros

La 'igualá', los ensayos, el recorrido y horarios de llegada en cada tramo, con los itinerarios musicales correspondientes de su paso son algunos de los objetivos de las hermandades. Un auténtico rompecabezas de cualquier cofradía que tiene la entera obligación de velar por la cuadrilla de costaleros, de sacar el paso a la calle y traerlo de vuelta sin ningún contratiempo ni daño. Una tarea nada fácil que no se realiza en vísperas de la procesión, ni siquiera un mes antes, sino de muchos meses y que se intensifica a partir de enero.

Sin desmerecer al resto de cargos y funciones dentro de una cofradía, uno de los trabajos más importantes de una procesión de Semana Santa comienza debajo del paso, bajo las trabajaderas impregnadas de sudor, amor y canto, con esas treinta o cuarenta personas que portan una o varias imágenes. En ellas está la responsabilidad de guiar al resto, de ser fieles portadores de un Cristo o de una Virgen Dolorosa o de otra imagen representativa de cada una de las escenas de la Pasión, además del compromiso de velar y garantizar la seguridad de un patrimonio histórico, con un valor incalculable.

La junta de gobierno

Encima de todos existe una cúpula, la junta de gobierno, que toma las decisiones principales de la hermandad, donde existe un hermano mayor, un secretario, un tesorero y vocales que son los que sostienen los cimientos y estructura de la hermandad. Ellos deciden las líneas generales de la cofradía, cómo va a ser la estación de penitencia, la restauración de imágenes y atributos, los actos y cultos de Cuaresma, los pregones, la asistencia a los hermanos, la bolsa de caridad, las contrataciones de agrupaciones musicales, las flores, la cera, la disposición de túnicas, capirotes, la aprobación de cuentas…

El hermano mayor es la cabeza visible, el responsable de la hermandad ante el Obispado y representante ante las instituciones. Él debe vigilar por el cumplimiento de los estatutos y la normativa diocesana así como velar y salvaguardar el patrimonio de la hermandad. Sus tareas administrativas también son importantes como responsable de las convocatorias de asambleas, reuniones o participación en eventos así como portavoz ante los medios de comunicación. Además de dar luz verde a todos los contratos, gastos y presupuestos aprobados por la hermandad. Los hermanos mayores constituyen la asamblea de la Agrupación de Cofradías que representa a todas las hermandades de la diócesis.

Tampoco hay que olvidar al mayordomo, el secretario, el tesorero, el director espiritual, consiliario o sacerdote que representa a la autoridad eclesiástica dentro de la hermandad, asesorándola en toda su labor, sirviendo de guía espiritual de todos los hermanos y presidiendo sus cultos.

Los ensayos

Aunque cada hermandad establece un calendario de ensayos, lo habitual son cuatro o cinco ensayos como mínimo y el retranqueo, que se realiza en vísperas de la estación de penitencia de dicha hermandad. Consiste en realizar varios movimientos fuertes o 'levantá' del paso ya montado, a falta solo de los adornos florales. Se trata de comprobar que todo está anclado y sujeto, un aspecto muy importante que es minuciosamente observado por el mayordomo, los capataces, etcétera.

En cada ensayo se incluyen ya las marchas seleccionadas por la Junta de Gobierno. Dependiendo de cada hermandad, de la duración de su estación de penitencia y del número de nazarenos; la cifra de marchas puede variar, pero siempre se elige un número suficiente para lucirse en la calle. Es el conocido como itinerario musical.

La música debe ir encajada a la perfección en cada tramo, y para ello generalmente los costaleros ensayan con las marchas ya seleccionadas para establecer en el momento los cambios de ritmo a su manera de andar; el vocero es el encargado de anunciar ese cambio. Cada año se van introduciendo nuevas a la vez que se va intentando mejorar el andar del paso. Antes de un mes, la hermandad comunica el itinerario musical definitivo a la banda que realiza los ensayos generales con las marchas definitivas. Algunos capataces acuden a esos ensayos musicales para escuchar su sentido rítmico, su toque de tambor y la interpretación con el fin de que no haya variaciones respecto a los ensayos de los costaleros con música enlatada. Si alguna composición no cuadra, se cambia.

Todo listo

Muchos otros oficios y labores también son importantes, como la limpieza de todos los enseres, el arreglo de una madera gastada y deteriorada, la puesta a punto de las túnicas de los nazarenos. También los traslados de imágenes, el reparto de velas y cirios, la distribución de la procesión con diputados por tramo, el orden, el silencio, el sacrificio, la oración, la fe…

La responsabilidad de todos los hermanos y cofrades es mayor teniendo en cuenta el valor patrimonial de las imágenes y los atributos que se ponen en la calle. En algunos casos, dichos enseres son aún más valiosos que las propias imágenes, debido a su valor histórico, aunque las figuras son igualmente objeto de atención y cuidados por parte de la hermandad, ya que cada cierto tiempo se deterioran y es conveniente conservar o restaurar.

Conseguir que todo salga como se desea requiere semanas de preparación. Hay que contratar las bandas, pedir los permisos y, por supuesto, preparar los pasos. Esta tarea, esfuerzo y dedicación, pero es la misma que tienen en la mayoría de las hermandades, pequeña o grande, del resto de España.

El Miércoles de Ceniza iniciará la Cuaresma, tiempo de preparación para las salidas procesionales de las hermandades de todos los municipios, pero también tiempo de cultos, presentación de carteles, víacrucis, besamanos y besapiés. El olor a incienso y a cera impregnará entonces las sedes canónicas de las cofradías. Será señal de que ha empezado la cuenta atrás para la Semana Santa.

En la Diócesis de Córdoba existe algo más de 700 hermandades, cofradías y agrupaciones, contando con Semana Santa chiquita y las destinadas a venerar a titulares de fiestas patronales de todos los municipios de la provincia de Córdoba. La mayoría de ellas han comenzado el camino, calzado o no, un camino de luz a través de la Cruz, Muerte y Resurrección de Cristo, unido a la propia ilusión de cada sueño, la propia vivencia de cada uno, unida al propio sentimiento, el sentimiento cofrade.