Terminan las escuelas de verano con la participación de unos 1.900 niños

Unos 1.900 niños y niñas han participado durante el mes de julio en las Escuelas de Verano que organiza la Delegación de Servicios Sociales del Ayuntamiento, con la financiación de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad, un programa que se ha desarrollado en 17 centros de la ciudad.

La teniente de alcalde delegada de Servicios Sociales, Eva Contador, ha clausurado dichos cursos, concretamente en la escuela de verano del Colegio Virgen de la Esperanza, y ha indicado que «nacen con el objetivo de ser un espacio educativo, de convivencia y lúdico, que proporcione a los y las menores un lugar de encuentro entre iguales donde se trabajen valores como la igualdad de género, la solidaridad, el respeto por el medio ambiente, la interculturalidad, la participación, los hábitos de vida saludables, etcétera». Este año, la temática que ha enmarcado todo el programa ha sido la paz y la solidaridad, de forma que los contenidos y competencias que se han fomentado en las actividades han ido encaminadas a la sensibilización y formación de esta temática.

Las escuelas han estado distribuidas por la ciudad de la siguiente manera: dos en la zona Sur, dos en Moreras, dos en Poniente Norte y una en Centro, Norte, Fuensanta, Levante y Poniente Sur. Igualmente ha habido una escuela en Alcolea, Trassierra, Cerro Muriano, Santa Cruz, Higuerón y Villarrubia.

En total se han realizado 4.720 actividades para 118 grupos de menores, actividades que han ido desde las deportivas a las culturales, pasando por las habilidades sociales. Así, han practicado skateboard, danza, han hecho rocódromo y jumping, han estado en la piscina, han disfrutado de circo y han tenido salidas a la Ciudad de los Niños, entre otras muchas. Un total de 127 profesionales se han hecho cargo del desarrollo de todo el programa, que reserva el 60% de las plazas para menores que están dentro del programa de los servicios sociales.

Otras formas de ocio

Contador ha manifestado que esta iniciativa supone un recurso «con gran impacto positivo a nivel comunitario, tanto a nivel institucional, ya que ofrece la oportunidad de dar continuidad con el trabajo realizado durante el año con infancia y familia en los Centros de Servicios Comunitarios, como a nivel de familias con necesidades de intervención en la atención de la infancia y adolescencia en periodo estival, ya que promueve la conciliación personal y laboral en el mes de julio. Además, es muy positivo también para los menores, ya que se les dota de oportunidades de interrelación y ocio reduciendo el tiempo que dedican a actividades menos constructivas y perjudiciales en su desarrollo, como aislamiento en sus hogares o el abuso de pantallas».