La Unidad de Emergencia Social (UES), que desde hace más de una década recorre las calles de la capital martes, jueves y sábado por la noche
Cruz Roja amplía a la mañana la labor de su unidad de atención a personas sin hogar
Este servicio comienza a funcionar también un par de días por la mañana
Cruz Roja acaba de ampliar a la mañana la labor de su Unidad de Emergencia Social (UES), que desde hace más de una década recorre las calles de Córdoba las noches de los martes, jueves y sábado para ofrecer apoyo a personas sin hogar.
Así, desde este mes, la institución humanitaria activa también este servicio un par de días a la semana en horario de mañana, como respaldo a la labor de detección y de atención a este colectivo que lleva a cabo la Unidad Móvil del Ayuntamiento.
A día de hoy, medio centenar de personas participan como voluntarias en este proyecto, que se realiza en coordinación con el resto de entidades que conforman la Red CO-HABITA de atención a personas sin hogar de Córdoba, de la que también forman parte Adeat, Fundación Prolibertas, Hogar Sí, Cáritas, Fundación Don Bosco y el propio Ayuntamiento.
De hecho, es de esa filosofía de trabajo en red de donde parte la ampliación de horario de la UES. «La intención es poner nuestros recursos a disposición de la Unidad Móvil para, en función de sus necesidades, poder apoyarla, al menos un par de mañanas a la semana, en el importante trabajo que sus profesionales realizan en la detección y atención a personas sin hogar», explica Emilia Valera, técnica de Cruz Roja que coordina la citada UES.
En 2023, cerca de 1.000 personas sin hogar recibieron la atención de Cruz Roja, entre las cuales el perfil mayoritario fue un año más el de un hombre de entre 30 y 60 años de nacionalidad española al que la crisis, la falta de una red de apoyo y otras circunstancias han conducido a esta situación de exclusión residencial.
La UES –que cuenta con el respaldo de la Consejería de Inclusión Social, Familias, Juventud e Igualdad de la Junta de Andalucía- busca servir de enlace para intentar, en la medida de lo posible, integrar al colectivo de personas sin hogar en la red de asistencia normalizada, con objeto de promover de este modo su inclusión en la sociedad.
