Madrid
Santa Bárbara, la iglesia de Madrid donde hay reyes enterrados
La parroquia alberga los sepulcros del militar O'Donnell y de Fernando VI y doña Bárbara de Braganza, dos de los pocos monarcas que no están enterrados en el Escorial
En Madrid podemos encontrar una iglesia de interés al doblar cada esquina, por lo que es difícil conocer todas. Pero sin duda, una que no puedes dejar de tachar de la lista –si es que no la has visitado ya– es la iglesia de Santa Bárbara, también conocida como la iglesia de las Salesas Reales. El templo forma parte del conjunto que incluye la actual sede del Tribunal Supremo, que en origen fue convento y colegio de señoritas y que se sitúa contiguo a la parroquia.
La iglesia fue diseñada por el francés René Carlier y llevada a cabo por Francisco Moradillo, quien hizo algunas modificaciones. Se inauguró apenas siete años después del inicio de su construcción, en 1758, en presencia de la reina fundadora y con solemnes ceremonias.
El templo
Si nos situamos en el exterior, podemos ver un imponente edificio a través de la verja de hierro del jardín. Si la traspasamos, y al observar la construcción más de cerca, podremos apreciar que la fachada principal tiene un triple pórtico. El frontis se viste de piedra berroqueña labrada y se adorna con ocho pilastras de capiteles compuestos. A ambos lados, se elevan dos torrecillas como soldados que dan la bienvenida al lugar sagrado. En cuanto al ático, está rematado con un frontón triangular y la luz pasa al interior tamizada por una vidriera de Santa Bárbara, que acompañada por la palma del martirio y la espada con la que fue decapitada, llena de vibrantes colores el interior del templo. Encima de la santa, las armas reales delatan que se trata de un templo de construcción regia. Sobre el frontón, una gran cruz de piedra se ve flanqueada por una pareja de ángeles en adoración y salpicados a ambos lados de la ventana; motivos florales, guirnaldas y puttis.
En cuanto al interior, nos adentramos en un espacio de una sola nave con planta de cruz latina. Podemos disfrutar de una decoración propia del Rococó –de la mano de escultores italianos– que comparte espacio con aspiraciones clásicas y elementos barrocos. Nos saluda también una colección de mármoles, bronces y piedras multicolores que alegran la estructura y amenizan el espacio. Además, la iglesia también está plagada de obras de Francesco de Mura (por ejemplo las pinturas del Altar Mayor como La Visitación) y frescos realizados en la cúpula y las pechinas realizados por los hermanos Velázquez.
Personajes ilustres que están enterrados en la iglesia
Los personajes más importantes que podemos encontrar enterrados en la parroquia son los reyes Fernando VI y doña Bárbara de Braganza. Se trata de una rara excepción que obedece a los deseos de ambos, ya que la esposa del rey, al no haber traído al mundo a un heredero, no tenía el privilegio de tener en el Escorial un lugar para su eterno descanso. Por eso, el monarca, que estaba profundamente enamorado de su mujer, quiso romper con la tradición y acompañarla. También se salen de la convención Mercedes de Orleans, cuyos restos reposan en la catedral de la Almudena, y Felipe V, que quiso enterrarse junto a Isabel de Farnesio (su segunda esposa) por lo que se encuentran en la Granja de San Ildefonso.
El panteón del Escorial fue construido para que todos los reyes y madres de reyes desde Carlos I se enterrasen allí
En cuanto al diseño de los mausoleos de Fernando VI y doña Bárbara de Braganza, fueron encargados por el hermanastro del difunto rey, Carlos III ´el Alcalde de Madrid´, al arquitecto Francesco Sabatini (quien había sustituido a Sacchetti en las obras del Palacio Real). Ambos tienen como materia prima el mármol y el pórfido.
El mausoleo del rey es el más rico, y está realizado por Francisco Gutiérrez. Lo podemos encontrar a la derecha del altar mayor. En la parte superior observamos una personificación del Tiempo que sujeta un medallón con la imagen del difunto. La figura parece estar colocada para tener presente lo efímero de la vida; ese «polvo eres y en polvo te convertirás» del Evangelio o el «recuerda que eres mortal» («memento mori») que susurraba el esclavo al oído del emperador romano. Más abajo, la urna que acoge los restos del monarca está decorada con un bajorrelieve que representa a las Artes acogiéndose a la protección real. También podemos admirar dos leones broncíneos sobre los que descansa la urna y otro par de figuras que se apoyan en el conjunto y que son alegorías de la Justicia, la Fortaleza, la Paz y la Abundancia, todas ellas virtudes que se podían atribuir al rey. Como cierre, se puede leer una inscripción que reza: «Aquí yace el fundador de este monasterio Fernando VI, Rey de las Españas, óptimo príncipe que murió sin hijos, pero con numerosa prole de virtudes. Padre de la patria, el 10 de agosto de 1759. Carlos III dedicó este monumento de tristeza y piedad a su queridísimo hermano, cuya vida hubiera preferido al Reino».
Otro de los personajes ilustres cuyo mausoleo podemos visitar en el interior de la iglesia es el de Leopoldo O´Donnell, el conocido militar que fue clave durante el periodo del reinado de Isabel II y que tuvo un papel destacado en la guerra carlista y en la guerra de África. En un primer momento, el mausoleo no iba a ser colocado aquí sino en la Basílica de Atocha, y por eso rompe la armonía del conjunto artístico del resto de la iglesia. Se trata de una obra de estilo renacentista que presenta la imagen yacente del difunto y está esculpida en mármol de Carrara por Jerónimo Suñol.