Tirso de Molina I

La plaza de Tirso de Molina en Madrid

El deterioro de Tirso de Molina: «Hay mucho yonqui y basura que no se elimina»

Este problema no solo afecta a su estado, todos los locales que están entorno a la plaza ven cómo afecta a su seguridad y economía

Madrid tiene un severo problema con la limpieza, esta afección no solo implica a toda la región, sino a punto concretos de la ciudad. El Debate ya ha comprobado el estado crítico en el que se encuentra la Plaza Mayor, otro lugar que le sigue es la plaza de Tirso de Molina. Aquí la problemática es mucho mayor que en el centro. Suciedad, robos, altercados y trapicheos se suceden a diario en esta reconocida plaza.

Los principales afectados son los comercios de la zona, que sucumben ante esta falta de limpieza y seguridad. «Cada vez que salgo del metro siempre huele mal. Hay muchos vagabundos que hacen sus necesidades y además nos entran a robar». Nos explica una dependienta de una tienda del barrio. Asimismo, subraya que no hay «ninguna seguridad».

«No tenemos seguridad, solo nosotros mismos. A veces nos da miedo que nos roben o nos hagan algo. A veces siempre vienen los mismos y literal que todos los días vienen a robar. Aquí tenemos las mochilas atadas y aun así, se las llevan». Nos relata también que estas situaciones se viven con mucho miedo y nerviosismo por la tensión.

Vista de la estatua de Tirso de Molina con una botella tirada en el suelo

Vista de la estatua de Tirso de Molina con una botella tirada en el sueloManuel M. García

El temor y la incomodidad son sentimientos compartidos entre los negocios de la plaza. Otra tienda nos explica que «te hace sentir incómodo porque no es agradable tener que enfrentarte a una persona constantemente». Muchos de ellos han denunciado, pero como el robo no supera la cantidad mínima, no pueden hacer nada.

El problema de la plaza de Tirso de Molina también afecta a los turistas y madrileños que se paran a tomar algo en las terrazas. «Han robado bolsos, carteras e incluso han metido la mano en el plato de los clientes», explicaba un hostelero a El Debate. «Da igual lo que hagamos porque viene la policía, se los lleva, pero al día siguiente vuelven».

Pequeñas fuentes colocadas en Tirso de Molina

Pequeñas fuentes colocadas en Tirso de MolinaManuel M. García

Vigilancia y leyes, la solución ciudadana

Los hurtos son de lo más variados, desde un bolso, un zapato, mochilas, camisetas... A eso se le suma los «trapicheos» y consumo de droga en plena vía pública. «Hay mucho yonqui y mucha basura que no se elimina en condiciones». La compra-venta es un hábito al que ya están acostumbrados los comerciantes. «Nos vamos apañando, no nos queda otro remedio».

Los dependientes y dueños de los locales aledaños a la plaza creen que la solución de este problema radica en «que haya más policía y un control rutinario». Otros son partidarios de echarlos a todos ellos fuera porque no es normal «que bajes la calle y te encuentres a los yonquis vendiendo droga».

También están los partidarios de aplicar y crear leyes. «La solución son leyes, que no las hay. No soy político, soy hostelero, pero para eso están ellos, que se pongan a trabajar que se están llevando nuestro dinero sin hacer absolutamente nada», nos relataba el propietario de un bar de la plaza.

Tirso de Molina tiene una problemática que ya no solo afecta a su estado, todos los locales que están a su alrededor ven como el deterioro afecta a su seguridad y economía. Este punto débil debe fortalecerse por el bien de los ciudadanos y la cultura de la capital.

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