Madrid ha sido reconocida internacionalmente por la conservación del arbolado urbano
Madrid se convierte por cuarto año consecutivo en la ciudad con mejor paisaje arbolado
La capital de España ha cumplido de nuevo con los cinco estándares de gestión forestal urbana requeridos por la organización de este reconocimiento internacional
Madrid ha recibido por cuarto año consecutivo la distinción de «ciudad arbórea del mundo» por la conservación del arbolado urbano y de las zonas verdes. Estas zonas han cumplido con los cinco estándares establecidos: estructura de gestión, normativa, censo arbóreo, recursos financieros y educación ambiental.
El reconocimiento fue otorgado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Fundación Arbor Day (Día del Árbol) en el año 2022. Durante este año, otras 168 ciudades del mundo obtuvieron este reconocimiento. Sin embargo, las dos únicas que mantienen el 'título' desde 2019 son Madrid y Arroyomolinos.
Una red internacional sostenible
Uno de los objetivos del programa ‘Ciudades arboladas del mundo’ es crear una red internacional de ciudades que facilite el intercambio de conocimientos y buenas prácticas para hacer más sostenibles los bosques y espacios verdes urbanos, de acuerdo con los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas.
El programa se lanzó por primera vez en 2018 durante la celebración del primer Foro Mundial sobre Bosques Urbanos en Mantua (Italia). A su vez esta iniciativa tiene su origen en 'Tree city USA', una plataforma norteamericana creada en 1976 de la que forman parte más de 3.400 comunidades.
La Fundación 'Arbor Day'
- Desde sus inicios han plantado más de 350 millones de árboles en todo el mundo
El Ayuntamiento de Madrid ha resaltado en una nota de prensa los esfuerzos realizados «en la conservación y mantenimiento del arbolado urbano», algo que supone «beneficios a nivel medioambiental y de conservación de la biodiversidad en las zonas verdes».
El consistorio ha destacado también que los árboles« no sólo son los encargados de liberar oxígeno y de transformar el dióxido de carbono (CO2), reduciendo el efecto invernadero», sino que «son una herramienta importante para el control de la erosión de los terrenos o el manejo de las aguas pluviales».
