Partido Socialista
Lobato eludió parte de su conversación con Sánchez Acera en sus primeras versiones de lo ocurrido
Tras una semana de máxima expectación, este viernes se conocía, al fin, el contenido exacto de la conversación entre el ya ex secretario general del PSOE-M Juan Lobato y su ex secretaria de política institucional y, al mismo tiempo, mano derecha de la mano derecha de Pedro Sánchez -de donde cobraba el sueldo-, Pilar Sánchez Acera. Una conversación que ha resultado ser más extensa y compleja de lo que, en un primer momento, reveló Lobato.
El pasado lunes 25 de noviembre, cuando salió publicado por primera vez en ABC que Moncloa le había filtrado a Lobato documentación confidencial de la pareja de Isabel Díaz Ayuso para que la sacara en el Pleno de la Asamblea de Madrid que iba a celebrarse ese mismo día, jueves 14 de marzo, Lobato ofreció extensas explicaciones de lo sucedido.
Lobato entró primero en el programa de Carlos Herrera en La Cadena Cope, pasadas las ocho de la mañana, posteriormente, en torno a una hora después, hizo lo propio en Onda Cero, con Carlos Alsina, y, luego, con Susanna Griso en Espejo Público para, pasadas las once de la mañana, comparecer directamente ante los periodistas en la rueda de prensa que se celebra casa semana tras la Junta de Portavoces de la Asamblea de Madrid.
Después de eso aparece por última vez en La Sexta antes de ser citado para declarar como testigo el viernes en el Tribunal Supremo, y no vuelve a aparecer en público hasta esa declaración ante el juez que investiga la supuesta revelación de secretos del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, excepto para esa breve comparecencia de poco más de tres minutos el martes en la que, por primera vez, insinuó que desde Moncloa se le podría haber mentido sobre el origen de ese documento. Poco más de 24 horas después, presentaba su dimisión.
Pero, volviendo al lunes 25 de noviembre, el entonces dirigente socialista ofreció una versión de los hechos y, en concreto, de su conversación con Sánchez Acera que, a la luz de haberse publicado este viernes la literalidad del intercambio de mensajes vía WhatsApp se torna, cuanto menos, incompleta.
Y es que, según todas esas versiones ofrecidas a lo largo de la mañana del pasado lunes, tal y como ha cotejado este periódico, Juan Lobato reconoce que sí, que Pilar Sánchez Acera le manda, efectivamente, el email del novio de Ayuso. Aunque en algunas de sus entrevistas no deja claro si se trata de un pantallazo del email o el PDF del documento en sí mismo, lo cierto es que en la rueda de prensa en la Cámara autonómica aclara, sin ningún tipo de duda, que se trata del documento en sí mismo, no de un pantallazo del mismo o de un pantallazo de la prensa. Hasta ahí, todo bien y concuerda con la verdadera conversación, conocida este viernes.
Lobato afirma en las sucesivas exposiciones de los hechos que hace que una vez recibe ese documento pregunta directamente por su origen. «Oye, pero esto, ¿de dónde ha salido?» y que, entonces, su compañera le asegura que proviene de la prensa. En ese momento, según esas versiones iniciales, Lobato comprueba la veracidad de esas palabras y, al comprobar que, efectivamente, ya se había publicado en «algunos medios», zanja la conversación. En este punto, Lobato varía un poco en esas explicaciones. En todo momento sostiene que La Ser se había hecho eco del contenido del email la noche anterior -como realmente ocurrió-, lo mismo que eldiario.es. Sin embargo, en algunas de las entrevistas afirma que «en esos mismos momentos» se estaba publicando en elplural.com, mientras que en otras directamente dice que ya había publicado. Además, en todo momento, esgrime que él mismo comprueba que está en los medios y que, de esa forma y con la garantía de que Sánchez Acera le ha dicho que viene de los medios, concluye la conversación.
Pero es ahí donde Juan Lobato no fue fiel a la conversación original. Tal y como consta en los pantallazos de ese intercambio de mensajes, a los que ha tenido acceso El Debate, efectivamente, Lobato interroga a su interlocutora sobre el origen de esa carta, que le hace llegar a las 08.29 del 14 de marzo. «¿Pero se ha publicado en algún sitio esta carta? No tiene fecha. ¿La carta como la tenemos? ¿Se ha publicado en algún sitio?», pregunta el entonces secretario general del PSOE de Madrid a Sánchez Acera. En ese momento ella contesta: «Porque llega, la tienen los medios». Hasta ahí, más o menos, la conversación concuerda con lo relatado por Lobato -aunque ese 'porque llega' seguido de un 'la tienen los medios' no es exactamente igual que el rotundo «me dijo que provenía de los medios de comunicación» que sostuvo Lobato al principio sino que, por un lado, deja un poco abierto de dónde ha llegado («porque llega») y, por otra parte, informa de que «la tienen los medios»-.
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Sea como fuere la precisión con la que Lobato se refirió a esa parte de la conversación, lo que sin duda no fue tal y como lo relató el pasado lunes es como culmina. Así pues, en esas primeras versiones, una vez Sánchez Acera le dice eso, que «la tienen los medios», Lobato dice, una y otra vez, que lo «comprueba» y ahí termina, o da a entender que termina, el problema y su desconfianza inicial sobre el origen del documento. Pero, nada más lejos de la realidad, porque la conversación continúa.
«Vamos a verlo», apostilla el cargo de Moncloa, «para que estés más respaldado». «Si es así. Te lo digo. Si no. La tienes en la retaguardia», añade. Es decir, apenas un minuto después de decirle que viene, supuestamente, de los medios, Sánchez Acera se muestra precavida y reconoce a Lobato que va a «verlo», sin especificar mucho más e incluso dejando la puerta abierta a que no pueda usar la carta en el Pleno de la Asamblea, como era su intención inicial. Con ese «si no, la tienes en la retaguardia», está desvelando que no le dijo «viene de los medios» y ya está, sino que había más en esa conversación que Lobato se ha negado a mostrar hasta que se lo ha exigido un juez.
La conversación continúa. «Si porfa. Es buena para explicar en la rueda de prensa con la propia carta. Pero la necesito diciendo de dónde la saco. Porque si no parece que me la ha dado la fiscalía», reconoce Lobato. Una confesión sobre la presunta procedencia del documento de la propia fiscalía que en ningún momento reconoce haberle expresado a su compañera en la interpretación que hace de la conversación a la prensa ese lunes.
Pero todavía hay más. Después de interrogarle sobre a qué hora tiene rueda de prensa y a qué hora empieza el control al Gobierno de Ayuso, Sánchez Acera le garantiza: «Va a salir antes, para el control. A las 11 ya habrá salido todo el mundo con ella. Pero te aviso cuando salga». Unas revelaciones, cuanto menos, inquietantes. ¿Por qué sabía Sánchez Acera cuando iba a salir esa carta en la prensa? ¿No decía Juan Lobato que él mismo comprobó que, efectivamente, ya había salido esa carta a los medios cuando se la manda?
En ese momento Lobato se limita a contestar con un escueto «Ok» y, unos minutos después, a las 9.29, Sánchez Acera le pasa el link de la noticia del plural.com, la primera publicación que subió sin marca de agua el correo electrónico a las 9.06 de la mañana, acompañado de un «Ya está».
Así pues, queda demostrado que Lobato, como poco, maquilló como fue realmente su conversación con Sánchez Acera, puesto que, aunque los mensajes demuestran que él tuvo acceso al email por ella -es decir, por Moncloa-, no queda claro como ella accede a esa documentación y, desde luego, queda acreditado que Sánchez Acera lo tenía antes de que saliera el documento reproducido como tal en ningún medio.