Servir el champagne es un ritual y un juego de destreza
Trucos para abrir y conservar el champagne
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Los más finos abrirán la botella dejando escapar un ligero susurro. Los profesionales pueden utilizar un sable y degollar la botella y el resto con tener temple es suficiente.
El ritual es sencillo. Hay que mantener la botella inclinada más o menos unos 45 grados, cerca del pecho. Con una mano se sujeta el corcho con el alambre previamente aflojado, y con la otra, se va girando la base de la botella hasta que salga disparado el corcho, amén que tengas la capacidad de sujetarlo.
¿Copa «Gastby» o flauta de toda la vida?
Es fácil dudar entre la copa Gatsby, achatada y abierta, y la tipo flauta de toda la vida. Sin embargo, la más recomendable es la copa tulipán; parecida a la copa de vino, aunque ligeramente más estrecha. Su cáliz abombado permite que se expresen y se concentren los aromas. Es muy importante recordar que siempre hay que sujetar la copa por el tallo para que el calor de las manos no temple el vino.
La temperatura perfecta
El champagne se bebe entre 8 y 10° grados. Para conseguir esa temperatura ideal, se sumerge la botella durante media hora en una cubitera con hielo y agua. También se puede guardar en el frigorífico y en cuatro horas se alcanza la temperatura perfecta. Hay excepciones con champagnes puros y recios, como el Grand Siècle, que al llevar más de diez años envejeciendo en bodega, se deberían consumir entre 10 y 12 grados porque así se abren los aromas más complejos.
Cómo se sirve el champagne
Servir el champagne es un ritual y un juego de destreza porque con la mano derecha se inclina la botella sujetándola por la base, de ahí que tenga esa forma cóncava para poder sujetarla con el pulgar y con la mano izquierda se inclina la boca de la botella y se sirve en cada copa despacito porque esa pinot noir y su prima chardonnay están deseando escapar de la botella y provocarte una eclosión de burbujas por tu garganta.
Cómo conservar una botella de champagne
Una botella de champagne se conserva durante varios años en posición horizontal y en la oscuridad de una bodega a 10°C.
Una vez abierta la botella, ninguna cuchara, ni remedio casero permitirá conservar el champagne como lo hace un tapón hermético. De ahí que lo mejor es terminarla, pero sino fuera el caso, ponerle un tapón y mantenerla fría.
