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08 de septiembre de 2024

Hotel

Hotel Lago Resort de Menorca

Menorca, el paraíso de la calma: cinco pistas para descubrirla

La costa oeste de la isla esconde tesoros culturales, naturales y gastronómicos para despertar todos los sentidos

«Quien pisa la isla una vez, vuelve». La profecía suele cumplirse. Es difícil olvidarse de la magia de Menorca, salpicada de playas de arena blanca y agua cristalina, calas escondidas, exuberantes paisajes e imponentes puestas de sol. La más septentrional de las Baleares, la segunda en extensión, pero quizá la que mejor ha sabido preservar su identidad y su encanto, lejos del bullicio y la masificación que acechan al resto.

La costa oeste de Menorca acoge tesoros artísticos y culturales que merece la pena conocer ahora, en pleno junio, cuando los días se alargan. Les estrechas calles de aire medieval de Ciudadela, con su acogedor puerto, la fachadas de los palacios en la plaza des Born o la Catedral de Santa María. A continuación dejamos unas pistas para sacarle el máximo partido.

Puesta de sol en Artrutx

Artrutx Sea Club_1

Artrutx Sea Club

Guardianes del mar y la costa, siete faros alumbran Menorca. A 10 kilómetros de Ciudadela, encontramos el Faro d'Artrutx (1858), el segundo más alto de la isla, con 34 metros de altura. En él se encuentra un interesante restaurante con terraza, con una de las mejores puestas de sol de Menorca. Vistas privilegiadas al mar maridadas con una sugerente carta de cócteles en la que se incluye la típica pomada menorquina; ginebra Xoriguer mezclada con limón y mucho hielo.

Artrutx Sea Club atrae tanto a lugareños como turistas por su carta, donde predominan el producto de proximidad y las brasas como protagonistas. Las croquetas caseras de sobrasada o de pulpo en su tinta, la ensaladilla rusa con ventresca y piparras o el carpaccio de gamba roja de la isla son elecciones siempre acertadas.

Caldereta de langosta en Aquarium

Caldereta de langosta

Caldereta de langostaLuana Failla

Bajo la antigua muralla medieval del muelle de Ciudadela y en una cueva natural, se esconde una de las joyas culinarias de Menorca. Aquarium Port Ciutadella rinde homenaje al mar y el producto de la costa menorquina.

Imprescindible probar su caldereta de langosta. Aunque el calor apriete, siempre merece la pena. Se mantienen fieles a una receta original del año 1962, obra de la matriarca Mari Cruz, abuela de Lucas García, al frente del Grupo Moga que cuenta con este restaurante y otro en Valladolid. Preparan la caldereta con cebolla, pimiento verde y tomate pera, un sofrito de esas verduras y de la propia langosta. Lo más importante es el tiempo de reposo y la calidad del producto. En el interior, se pueden ver los viveros de langosta.

Sus arroces, reconocidos con La Espiga de Oro de Molino Roca, se han convertido por derecho propio en una referencia en las Baleares. Conviene probar el de mar y montaña, con lubina, confit de pato y mayonesa de kimchy.

Mención merece también su japotaco de atún, que se alzó con el primer puesto, en el Salón Gourmets de Madrid. Una tapa elaborada con pasta filo, mantequilla de atún con algas togarashi, guacamole y salsa secreta de la casa, y atún rojo.

Lago Resort Menorca

Habitación

Habitación de Lago Resort MenorcaSergio López Losada

¿Dónde alojarse? Situado en el suroeste de Menorca, en Cala’n Bosch, Lago Resort Menorca podría definirse como una isla dentro de otra isla para disfrutar de un alojamiento con un cuidado interiorismo donde reinan el . Se compone de cuatro partes y categorías diferenciadas; Suites del Lago Eco Hotel & Thalasso Pool, Casas del Lago, Villas del Lago y Bungalows del Lago.

Lo más destacado es su oferta gastronómica, con 23 restaurantes, muchos de ellos con reconocidos chefs al frente, que antes de aterrizar en Menorca ya conquistaron el éxito en Madrid.

Thai Garden by Arena Beach. Emilio Carcur, el mismo que hace más de 25 años revolucionó Madrid con Thai Garden, desembarca en el puerto de Cala’n Bosch. Sus cremosos curris forman una trilogía: amarillo, ligero a la cúrcuma con pollo; rojo, estilo Massaman de ternera, suave y cremoso; y verde, con colas de langostino al curry verde, picante con sabores cítricos.

Restaurante Godai

Restaurante Godai

Godai. Distinguido con una estrella Michelin, Julián Mármol es el chef responsable de una gastronomía única en el mundo basada en el producto de proximidad menorquín al servicio de la alta cocina japonesa. Destacan la gamba roja de Menorca con ajillo japonés, la gyoza de ternera con vedella vermella menorquina o el bacalao negro.

Kaypa. El proyecto del chef Omar Malpartida es una invitación a disfrutar del alma mestiza que celebra el legado de Perú y lo actualiza desde un respetuoso trato del producto. Los ceviches son protagonistas, elaborados con pescados y mariscos frescos, y aderezados con una mezcla de chiles frescos importados directamente desde Perú. Perfectos para tomar con pisco o los chilcanos.

Lithica

Lithica

Lithica

Es sin duda una de las grandes sorpresas del viaje. «Un espacio esculpido en la roca y escondido en el paisaje de Menorca». Su nombre es Lithica, unas antiguas canteras de extracción de piedra de marés, un material de construcción muy presente en las casas de la isla. Este espacio, donde trabajaban los canteranos se ha reconvertido en tesoro artístico, custodiado por una fundación privada sin ánimo de lucro.

En el corazón de Lithica late un laberinto con piedras blancas numeradas que conducen al visitante a perderse durante unas horas. Un paisaje escultórico único que cada verano cada verano se utiliza como un gran auditorio al aire libre. Sus jardines son auténticos reductos para la conservación de la flora autóctona de Menorca, en los que plantas aromáticas y arbustos conviven con olivos silvestres y limoneros.

Cami de Cavalls

Cueva

Cueva des Pardals

El Camí de Cavalls, traducido como camino de caballos, es un sendero histórico de 185 kilómetros, que bordea la isla y antiguamente se utilizaba para defender la costa isleña. Se puede cubrir a pie, en bici o a caballo. En una de sus etapas, dando un paseo desde la playa de son Xoriguer se llega fácilmente a la cueva des Pardals, donde tomar un baño en un entorno de piedra y aguas turquesas inigualable. Cuidado con la fuerza del oleaje.

La cueva atesora una larga historia, pues era frecuentada por pescadores de la isla, y también se uso para hacer contrabando de tabaco, café y jabón en tiempos de escasez tras la guerra.

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