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El seminario ha reunido a Vincenzo Bassi, de FAFCE, con Alejandro Macarrón y Carmen Fernández de la Cigoña

El seminario ha reunido a Vincenzo Bassi, de FAFCE, con Alejandro Macarrón y Carmen Fernández de la CigoñaUnsplash

Una llamada de atención a Europa: «Cancelar a la familia es cancelar el futuro»

Representantes de FAFCE, Renacimiento Demográfico y la ACdP reflexionaron este lunes sobre la necesidad de poner en valor la institución familiar para contrarrestar el invierno demográfico europeo

«Cancelar a la familia es cancelar el futuro». Lo aseguraba este lunes Vincenzo Bassi, presidente de la Federación de Asociaciones de Familias Católicas de Europa (FAFCE), durante un seminario organizado junto a la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP). Bassi apuntó que la solución a los problemas actuales no pasa en ningún caso por reducir la natalidad, e insistió en que la familia «no es una enfermedad, sino el remedio».

El seminario, titulado `La familia, futuro de Europa´, reunió a Bassi con otros dos expertos: Alejandro Macarrón, director de la Fundación Renacimiento Demográfico, y Carmen Fernández de la Cigoña, directora del Instituto de Estudios de la Familia CEU. Los tres abordaron el futuro de la UE a partir de los datos que confirman la caída de la natalidad y coincidieron en criticar la inacción política que se sufre en los países miembros.

El invierno demográfico

«No sé hasta qué punto hay conciencia social y política del invierno demográfico», señaló Fernández de la Cigoña, que se mostró «sorprendida» de que entre las estrategias para Europa en 2050 «no haya ninguna medida de fomento de la natalidad o de puesta en valor de la familia». «Vivimos una incongruencia legislativa», concluyó la también colaboradora de El Debate.

Fernández de la Cigoña tildó la situación de «suicidio demográfico», y puso el foco en la defensa de las familias numerosas. «Aunque muchas madres solteras necesitan ayudas, mantener una equidistancia entre las distintas realidades familiares puede ser una forma de deteriorar el ambiente social», apuntó, y destacó que es fundamental poner en valor el rol especial que juegan las familias con muchos hijos.

¿Llegará la primavera?

«O hay más familias –y con más hijos– o tendremos un peor futuro para Europa», resumió Alejandro Macarrón, que centró su intervención en apuntalar con datos esta conclusión. Señaló –citando al INE– que los matrimonios tienen más hijos que las parejas de hecho o los hogares monoparentales, pero advirtió que este modelo se vuelve minoritario: hay menos bodas, hay menos parejas con hijos y, de estas, hay muy pocas con más de tres niños.

Al abordar la fragilidad de los enlaces –en torno a la mitad de matrimonios en España se acaba divorciando, recordó–, Macarrón lamentó la situación de «pobreza afectiva» que sufrirán los hijos de estas separaciones. También criticó la «mentalidad señoritil» que supone no tener hijos y esperar que sean las personas inmigrantes las que suban la tasa de natalidad.

Redes de familias

Tras diagnosticar el problema y las previsiones de este invierno demográfico, Macarrón apuntó algunas claves para avanzar hacia la «primavera demográfica». Destacó que se deben corregir factores como la avanzada edad a la que, de media, se tiene el primer hijo, el ninguneo a la figura de paterna, el desprecio a las madres que no trabajan fuera del hogar o la trivialización del aborto.

Los ponentes también mostraron preocupación por el aumento de la soledad al que parece conducir esta tendencia y que –apuntó Fernández de la Cigoña– «empieza a vislumbrarse». Además, aunque puntualizaron que la defensa de la familia no es cuestión de un credo concreto, quisieron llamar la atención de la Iglesia y las parroquias. «Hemos de convencer a los sacerdotes de que apuesten por redes de familias, porque sin ellas –destacó Bassi– no hay vocaciones».

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