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08 de septiembre de 2024

Una pareja con su perro sentados en el cesped

Una pareja con su perro sentados en el cespedEuropa Press

¿Con quién se queda el perro?: qué dice la ley sobre la custodia de la mascota en un divorcio

La ley del régimen jurídico de los animales detalla los deberes de los propietarios y decretó que en los acuerdos de divorcios se decidirá el destino de las mascotas

en España, hay más perros que niños. Son más de 29 millones las mascotas, frente a poco más de seis millones y medio (6.689.607) de menores de 14 años. Ante un proceso de divorcio, las opciones con los niños son las marcadas por la ley, pero ¿qué ocurre con los animales domésticos?

Año y medio después de la reforma del Código Civil que determinó que son seres dotados de sensibilidad, la ley del régimen jurídico de los animales detalló los deberes de los propietarios y decretó que en los acuerdos de divorcios se decidirá el destino de las mascotas, «teniendo en cuenta el interés de los miembros de la familia y el bienestar del animal; el reparto de los tiempos de convivencia y cuidado si fuese necesario».

Veinte euros al mes por cada perro, veterinario al 50 %, peluquería a quien le toque. Año y medio después de la reforma del Código Civil que obligó a precisar el destino de las mascotas en los divorcios, las soluciones son dispares, aunque hay un común denominador: si hay niños, el animal va con ellos.

Una sentencia del año 2010, de un juzgado de Badajoz fue abriendo el camino. Luis Romualdo Hernández Díaz-Ambrona, quien hoy preside la Audiencia Provincial, decretó la custodia compartida de un perro tras la separación de sus dueños: seis meses con uno y el resto del año con el otro.

Trece años más tarde, la ley de bienestar animal ha detallado los derechos de las mascotas y las obligaciones de sus dueños. Según la exposición de motivos de esta norma, en España uno de cada tres hogares conviven con al menos un animal de compañía.

Explica María Pérez Galván a la Agencia Efe, vicepresidenta de la Asociación Española de Abogados de Familia, que en los convenios de divorcio no solo se debe regular quién se quedará con el animal o el coste de su manutención, sino también otros detalles como quién va a pagar el veterinario, los cortes de pelo... Todo ello a pesar de que en su opinión en el derecho de familia había prioridades más urgentes, como una ley de custodia compartida de los hijos o una regulación de las parejas de hecho.

El pasado marzo, la Audiencia Provincial de León aclaró la importancia de que las partes en el conflicto reuniesen toda la información para ayudar al tribunal a tomar una decisión. Una mujer había recurrido su sentencia de divorcio y advertía de que no se había dicho nada sobre las mascotas que compartía con su pareja: tres perros y siete gatos. Por su parte, el hombre no mostraba interés en los animales y la mujer pedía 500 euros mensuales para su cuidado. Se terminó fijando una cantidad de 200 €, limitado a 20 euros por animal al mes.

Si el hogar lo comparten las mascotas y los niños, el destino del animal suele ir parejo al del menor. También el pasado marzo, la Audiencia de Madrid le dijo que no a una mujer que recurrió su sentencia de divorcio y que quería que la mascota se quedara con ella, a pesar de la custodia compartida establecida para los niños.

«Entendemos que el animal es de toda la unidad familiar, y su bienestar pasa por que esté con los menores, y en consecuencia con cada una de las partes litigantes, en los periodos que les corresponda estar con sus hijos», manifestaron los magistrados.

En otro caso, la Audiencia Provincial de Córdoba tuvo que tomar una decisión sobre una pareja que había acordado un régimen de visitas tras el divorcio. Uno de los cónyuges recurrió alegando que las dos perras eran suyas antes del matrimonio, por lo que quería su guarda y custodia, pero el tribunal recordó la necesidad de atender al interés de los miembros de la familia y al bienestar del animal «con independencia de la titularidad dominical de este».

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