¿Hiperpadre o faro que guía a sus hijos? Diez señales para reconocerlos
Se ha pasado de un modelo de crianza, el de su abuela, en el que los niños eran considerados muebles, a otro, el de ahora, en que de la silla se les ha subido a un altar
Siempre están ahí, aunque no siempre se dejen ver. Como helicópteros sobrevuelan a sus hijos en todo momento y vigilan, con afán protector, todo lo que los niños hacen en cada momento. Este modelo de crianza, más conocido como hiperpaternidad, tiene como síntoma también una gran expectativa por cómo la descendencia actúa, estudia, lleva, tiene o logra.
En su libro Hiperpaternidad, Eva Millet expone que se ha pasado de un modelo de crianza, el de su abuela, en el que los niños eran considerados muebles, a otro, el de ahora, en que de la silla se les ha subido a un altar.
La atención desorbitada a sus retoños es la característica que mejor los define, pero otras cualidades coinciden en lo que a los hiperpadres se refiere. Concretamente, cinco señales les delatan:
- Supervisión constante: los padres que siguen este modelo de crianza vigilan continuamente a sus hijos e intentan controlar todos los aspectos de su vida para que no tengan que enfrentarse a ningún peligro o al fracaso.
- Sobreprotección excesiva: los hiperpadres están constantemente preocupados por el bienestar físico de sus hijos
- Rescate: en cuanto creen que sus hijos los pueden necesitar acuden a solucionarles cualquier cuestión y problema.
- Falta de autonomía: unido a lo anterior, los hiperpadres no permiten a sus hijos tomar decisiones por sí mismos.
- Expectativas demasiado altas: después de haber eliminado para ellos todos los obstáculos y complicaciones de su vida, los hiperpadres esperan que sus hijos tengan el éxito asegurado.
El padre faro
En el extremo opuesto del espectro de modelos de crianza se encuentran los padres que permiten a sus hijos equivocarse y aprender de ello, caerse y levantarse por sí mismos y así, desarrollar su independencia desde pequeños. Igual que ocurre con los hiperpadres, hay cinco pistas indican que un padre es un faro que guía a sus hijos, igual que la luz que guía a los barcos que navegan el mar.
- Guían en el proceso de aprendizaje: los padres faro alientan la curiosidad de sus hijos y ponen en valor sus errores como parte del proceso de aprender.
- Potencian la confianza y la seguridad de sus hijos: la comprensión y los elogios al esfuerzo son las herramientas de estos padres para fomentar en sus descendientes una sana autoestima que les hace más seguros de sí mismos.
- Son apoyo y ayuda: en las dificultades, la figura del padre-faro se convierten en apoyo, no intentan eliminarlo como los hiperpadres.
- Permiten que la autonomía de sus hijos se desarrolle: esto lo hacen, por ejemplo, permitiendo que tomen sus propias decisiones.
- Valores sólidos y coherencia: como faro, estos padres tienen una base firme y así son también los valores que transmiten, sólidos y coherentes.