
Las manos de unos novios el día de su boda
Casarse con una mujer más joven alarga la vida de un hombre, pero a la inversa, acorta la de ella
El demógrafo danés, Sven Drefhal ha seguido a casi dos millones de parejas durante 15 años y ha observado que tener una pareja mayor, tanto para él como para ella, supone un aumento del riesgo de mortalidad
Buena noticia para los hombres casados con mujeres menores que ellos: van a vivir más. Mala para ellas: si el esposo es más joven, según una investigación realizada en Dinamarca, su vida se acortaría. Esta son dos de las conclusiones a las que ha llegado el demógrafo de la Universidad de Estocolmo Sven Drefahl, autor del estudio, quien se propuso en un primer momento evaluar el efecto de la diferencia de edad en una pareja en la longevidad.
Ha tardado 15 años en culminar su análisis, en los que ha realizado un seguimiento a 1.845.956 personas casadas –958.997 hombres y 886.959 mujeres– de más de 50 años. A través de los datos obtenidos y de un modelo de regresión (aquellos que buscan la relación entre una variable dependiente con otras muchas explicativas), ha observado que tener una esposa más joven hace que los hombres vivan más. Esta ventaja parece ser mayor cuando la esposa es entre 7 y 9 años menor que él.
En este sentido, a medida que aumenta la diferencia de edad entre el hombre y la mujer, va disminuyendo el riesgo de mortandad del varón. No obstante, cuando la relación es a la inversa y es la esposa la que es más mayor, es más probable que fallezcan antes. No son las únicas afectadas en este supuesto, porque cuantos más años le saca la esposa a su esposo, mayor es también la mortalidad de él.
Según el análisis de Drefahl, el menor riesgo de mortalidad para las mujeres, se ha observado en los casos en que tienen aproximadamente la misma edad que sus parejas. Aunque el demógrafo no tiene muy claro todavía qué puede causar este fenómeno, sí que plasma en su investigación algunas teorías que pueden explicarlo.Cita, en primer lugar, la salud. Las personas saludables, ya sean hombres o mujeres, tienen mayor probabilidad de atraer a una pareja más joven. En estos casos, una mayor longevidad se relacionaría más con la salud que con la edad de la pareja, aunque también influye que pueda ser un apoyo en sus cuidados y el mantenimiento de hábitos saludables. Por el lado contrario, para una mujer tener un pareja más joven que ella puede suponer una fuente de estrés social o de aislamiento si sus círculos de amigos o familia no acepta la relación. Según el demógrafo, esto explicaría su mayor riesgo de mortalidad.
Otras teorías sugieren que las diferencias en estilos de vida y comportamientos saludables entre cónyuges con una gran brecha de edad podrían influir en su longevidad. Si bien, Drefahl explica que puede haber múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos detrás de estos datos, también apunta que las diferencias en los estilos de vida entre ambos puede generar conflictos y una reducción de la calidad de vida (que afectaría más al cónyuge de mayor edad) y que tener distintos niveles de energía por ser uno más joven y el otro más mayor, puede terminar perjudicando la salud del miembro más mayor del matrimonio.