
Una pareja en la cama tras una discusión
«No te duermas sin hacer las paces con tu pareja»: el consejo de abuelas que la ciencia respalda
No hace falta resolver el problema de inmediato, pero acostarse con un gesto de cariño y buscar soluciones al día siguiente mejora la salud de los esposos y refuerza la unión conyugal de cara al futuro
El consejo de «no irse a la cama enfadados» no es sólo un principio de convivencia que los abuelos suelen recomendar a sus hijos antes de casarse –y el Papa Francisco repite siempre a los recién casados–, sino que tiene una base científica sólida.
Un estudio de la Universidad de Pekín publicado en Nature Communications demostró que las emociones negativas se consolidan en la memoria durante el sueño, lo que hace que los conflictos no resueltos se vuelvan más difíciles de superar al día siguiente.
Según la psicóloga clínica Sue Johnson, creadora de la Terapia de Enfoque Emocional para parejas, los conflictos matrimoniales no resueltos generan un patrón de desapego y distanciamiento progresivo. «Al final, el problema no es la discusión en sí misma, sino la falta de reparación emocional. Cuando una pareja se acuesta sin resolver un problema, se interrumpe el vínculo afectivo», explica en su libro Hold Me Tight (Abrázame fuerte, en español).
El sueño y la reconciliación
Un estudio del Journal of Social and Personal Relationships (de 2018) reveló que las parejas que resuelven sus conflictos antes de dormir muestran menos síntomas de ansiedad y depresión. La explicación es que el sueño profundo ayuda a procesar las emociones, pero si la última interacción del día es negativa, el cerebro la asimila como una amenaza, afectando el bienestar de la relación.También John Gottman, experto en estabilidad matrimonial y fundador del Instituto Gottman, descubrió que las parejas que practican la «reparación emocional» después de una discusión tienen un 80% más de probabilidades de mantenerse juntas a largo plazo.
En su investigación, publicada en Los siete principios que hace que un matrimonio funcione, explica que gestos como un abrazo, una disculpa sincera o un simple «te quiero» antes de dormir pueden marcar la diferencia en la salud emocional de la pareja e incluso en la posibilidad de superar futuras crisis.
Cómo hacer las paces antes de dormir
La realidad es que no siempre es posible llegar a un acuerdo inmediato cuando la discusión se produce de noche, con la carga extra del cansancio acumulado a lo largo del día. Sin embargo, sí hay estrategias para evitar que una discusión afecte la calidad del matrimonio:
1. Hacer una pausa y bajar la tensión. Un estudio de la Universidad de California, en Berkeley, (de 2019) reveló que hacer un breve descanso de 20 minutos antes de intentar solucionar una pelea reduce la intensidad emocional y ayuda a resolverla.
2. Hablar con suavidad. En lugar de lanzar acusaciones o reproches, usar frases como «Me siento herido cuando pasa esto» evita que la discusión escale.
3. Acordar seguir al día siguiente. No es necesario resolver el problema de inmediato. A veces, será necesario dedicarle mucho más tiempo para buscar soluciones compartidas. Sin embargo, sí es importante zanjar la conversación para descansar, con el compromiso expreso de seguir hablando al día siguiente.
4. Cerrar con un gesto de cariño. Aunque no se haya llegado a un acuerdo, es más importante abrir paso al cariño que encastillarse en tener razón. Un beso, un abrazo o incluso tomarse de la mano antes de dormir puede ayudar a calmar la tensión y fortalecer la unión conyugal.
Aspirar a vivir sin conflictos es una quimera imposible para cualquier matrimonio. Sin embargo, manejar las discusiones de forma equilibrada y centrada en la búsqueda de soluciones y no en el reparto de culpas, puede ser una cuestión vital para los esposos. Así, la ciencia confirma lo que la experiencia ya sabía: no irse a la cama enfadados mejora la calidad del sueño, protege la relación a largo plazo y fortalece el amor conyugal.