Kitín Muñoz, el príncipe boina verde al servicio del Rey

Kitín Muñoz no era amigo del Rey Felipe cuando le pidió, en los años 90, que apoyase con su presencia una aventura en el Pacífico Sur. La expedición conmemoraba una gesta histórica de los navegantes españoles. En la isla de Pascua, al olor de la hoguera, la libertad del mar y los paseos a caballo, surgió una relación que continúa hasta hoy, incrementada por los lazos de familia.

Kitín se casó con la princesa Kalina de Bulgaria, siempre detrás de un hombre tiene que haber una sorprendente mujer. Así se convirtió en Príncipe consorte al servicio de dos reyes, su suegro Simeón y Felipe VI, pero también al servicio de España porque hizo su instrucción militar en el cuerpo especial de Los Boinas Verdes. Un cuerpo de élite del Ejército español que marca para toda la vida.

Un aventurero es un sujeto de un temple especial, igual que un miembro de las fuerzas especiales. Un boina verde lo es para siempre aunque deje el servicio y pase a la vida civil, como ha sido el caso de Kitín.

Su intensa formación en situaciones de máximo peligro los ponen a prueba y, si las superan, están listos para prestar servicio en primera línea como dejan claro las 288 páginas del libro Boinas Verdes españoles que recoge treinta testimonios y ha sido la editado por Galland. El libro lo firman el comandante, Terencio Pérez y el aventurero y Embajador de Buena Voluntad de la Unesco, Kitín Muñoz, con este último conversamos.

– ¿Por qué un libro sobre los boinas verdes?

–Porque se están escribiendo varias novelas sobre el tema y hemos considerado prudente ampliar el campo de visión de manera más realista y contado por quienes lo vivieron en primera persona.

–¿Qué tiene de especial un Boina Verde?

–Para entrar en una Unidad de Operaciones Especiales es necesario superar unos cursos durísimos, tanto física como sociológicamente, y tras la superación de esos cursos conseguimos nuestra ansiada Boina Verde. Tenemos una forma de operar rápida y discreta, pero no secreta.

– ¿De su experiencia en ese servicio especial, cuénteme la más impactante?

–Cada día era una nueva experiencia. Nuestros instructores observaban continuamente nuestro comportamiento y reacciones con los compañeros, a cualquier cosa le sacaban punta. Sin dudar, la más dura es la supervivencia porque ahí destapas lo más ruin de tu ser y es donde aparecen los auténticos líderes de grupo.

– ¿ Y de las treinta experiencias que se narran en el libro?

–Todos los relatos tienen algo que los hacen distintos, aunque me decanto por el que narra la muerte de siete héroes españoles asesinados vilmente en una emboscada en Iraq. Se defendieron hasta quedarse sin munición. Y cuando se encontraron sus cuerpos se vio cómo se ensañó el enemigo con ellos. Nunca había sido contada esta emboscada por los propios compañeros de los asesinados.

– Los beneficios de la venta del libro van destinados a una asociación de Boinas Verdes. ¿Necesitan ayuda?

–Va a la Fundación Boinas Verdes Españoles, y ya sabemos que en las fundaciones es necesario disponer de fondos para cumplir sus fines. Por supuesto que cualquier donación, además de lo que se recaude por la venta del libro, es siempre bien recibida.

– ¿Esa formación en su juventud le ha servido para su vida aventurera posterior?

–La dureza y la camaradería que aprendí con veintipocos años la he llevado conmigo siempre. En mi vida de aventurero me han pasado mil incidentes, por ejemplo, he naufragado en medio del Océano Pacífico y gracias al entrenamiento de boina verde salí adelante. Cualquier boina verde estamos preparados para todo.

Como dijo en la presentación del libro, el director de operaciones especiales: «No somos máquinas de matar, más bien de preservar la paz». Los boinas verdes españoles de los tres ejércitos son personas con familia que lo que quieren, cuando acaba la misión, es volver con ellas y por encima de todo buscan la paz.