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Cosas que pasanAlfonso Ussía

Elogios merecidísimos

Creo que los españoles tenemos la suerte de ser gobernados por un presidente del Gobierno ejemplar, austero, elegante, heroico, y sencillo, español hasta la médula y enemigo del terrorismo y el separatismo. Nada tiene de psicópata, como afirman sus enemigos, yo entre ellos hasta hace unas pocas horas

Actualizada 01:30

La inteligente y muy culta vicepresidente del Gobierno Yolanda Díaz nos ha anunciado que su partido político, por llamarlo de alguna manera, se propone intervenir medios de comunicación adversos al Gobierno para crear una «nueva cultura democrática». Esto es así y nada tiene que ver con el día de los Santos Inocentes.

El Debate, por supuesto, es uno de los objetivos de la intervención gubernativa, y los que escribimos y trabajamos en este gran periódico digital dependemos de su supervivencia para garantizar la nuestra. De ahí que, después de reunirme con mis asesores, mi jefe de prensa, mi representante de Agitación y Propaganda, y mis amigos más cercanos, he llegado a una conclusión bastante positiva e inteligente. Hay que cambiar el tono, y pasar de la crítica constante al merecidísimo elogio al presidente del Gobierno. De esa manera, libero a El Debate de un alto porcentaje de riesgo, me uno al periodismo de pesebre, y en unos meses, sin precipitarme, podré acceder a ser parte de la nueva cultura democrática que Sumar nos ofrece.

De la noche a la mañana he cambiado de opinión. Me está empezando a gustar Sánchez, en el sentido más intelectual del gusto. Considero que se ha ganado la valoración de dirigente universal. Por otra parte, es hombre que embriaga con su gracejo personal y su insuperable sentido del humor y del honor. Es rotundamente falso que huyera de Paiporta con los calzoncillos levemente excrementados. Es más, se enfrentó a los pocos agentes de su servicio de seguridad, que irresponsablemente, confundieron la situación. De ahí su figura un tanto deslavazada cuando, a pesar de su titánica resistencia, fue empujado e introducido contra su voluntad en un coche para escapar del peligro. Yo mismo reconozco que he escrito en diferentes ocasiones de aquella acción heroica manipulando la realidad. Y vamos con los aviones.

Cualquier presidente del Gobierno tiene un par de aviones a su disposición. ¿Porqué un par de aviones? La respuesta es sencilla. Por si uno de los aviones se estropea. Y el presidente del Gobierno no está obligado a informar adonde va y para qué. Tampoco a desglosar la relación de sus invitados. Sus vuelos y viajes son privados. Como presidente del Gobierno tiene todo el derecho a copiar páginas enteras de otros «másters» para aprobar el suyo. Y como presidente del Gobierno locamente enamorado de su esposa, hace muy bien en animarla para que obtenga una cátedra en la Universidad Complutense, y por sus excepcionales condiciones empresariales, ayudar con sus esfuerzos al auge de la economía española. Un presidente del Gobierno no puede estar sometido a preguntas absurdas, si conoce a Barrabés, si es amigo de Aldama, o de Ábalos, o de Koldo, o de quien sea. Un presidente del Gobierno está autorizado a nombrar Fiscal General a quien le salga de su melocotonero. Y un presidente del Gobierno está en su derecho de maniobrar contra el Rey, si éste no se deja maniobrar por él. Un presidente del Gobierno puede entregar miles de millones de euros a los países amigos sin compensar con buenismos cara a la galería a minorías que apenas dan votos, como los enfermos de ELA. Y un presidente del Gobierno, es decir, que a todos los españoles nos gobierna, está autorizado a encerrarnos en nuestras casas durante meses mientras sus ministros, presidentes autonómicos, amigos y amigas hacen negocio con las mascarillas. ¿Qué pasa? ¿Acaso regalan las mascarillas? Las mascarillas se compran, y si algún fabricante tiene el detalle de ofrecer una comisión lo lógico y normal es que se la ingrese al comprador, no a la secretaria general de la Asociación de Amas de Casa de Sitges. Y si algunos ministros, secretarios de Estado, directores generales, presidentes de autonomías y demás mandos intermedios, es corrupto, no es justo acusar de corrupción a quien, por su enorme trabajo y dedicación, no se puede dedicar a perder el tiempo. Y si el presidente del Gobierno se deja influir por Zapatero en asuntos internacionales, y Zapatero le dice que el ganador de las elecciones de Venezuela es Maduro, ¿ quien tiene la culpa del error, el que lo dice o el que lo cree? Qué agonía, San Ciriaco de los Montes.

Creo que los españoles tenemos la suerte de ser gobernados por un presidente del Gobierno ejemplar, austero, elegante, heroico, y sencillo, español hasta la médula y enemigo del terrorismo y el separatismo. Nada tiene de psicópata, como afirman sus enemigos, yo entre ellos hasta hace unas pocas horas.

Estimo que ya estoy inmerso en la nueva cultura democrática que ha diseñado Yolanda Díaz. Desde hoy, hasta mañana, quizá no más que hasta mañana, seré partidario de nuestro ejemplar presidente. Y defensor a ultranza de su esposa, discreta como la que más. ¡Vamos, hombre, que hasta aquí podíamos llegar!

¡Viva Su Excelencia!

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