El amor menos conocido de la Reina Camila

La nostalgia podría hacerse notar en la Reina Camila después de que se revelase que su primer amor, Kevin Burke, falleció a principios de mes a la edad de 77 años. De acuerdo con el Daily Mail, hace «algunos días» falleció Kevin Burke, un aristócrata conocido por ser el hijo de Sir Aubrey Burke, quien fuese vicepresidente de la empresa fabricante de aviones Hawker Siddeley.

Según el tabloide, Kevin y Camilla –quien entonces era llamada Milla Shand– se conocieron en 1965, en una fiesta en Knightsbridge, donde la futura Reina hizo su debut en sociedad. En aquella época, Camilla tenía solo 17 años y, de acuerdo con la hemeroteca, era conocida «como el alma de la fiesta». Es más, la joven atraía la mirada de decenas de admiradores. Burke era unos años mayor que ella, pero la atracción era mutua. Según una investigación del Daily Mail, días después del evento, los jóvenes mantuvieron relaciones sexuales. Ese encuentro hizo que la corona vetara a Camilla Parker Bowles.

Aunque se decía que su relación duró solo un año, estuvo llena de toda la pasión y el glamour de los eventos sociales del momento. «Cada noche, teníamos dos o tres cócteles y un baile a los que acudir y los fines de semana nos invitaban a bailes en el campo. Fue muy divertido estar con ella. Tuve la pareja más divertida que puedes desear. Camilla era inmensamente popular. Y aunque no era tan bella, era atractiva y sexy», confesó Burke en el libro La duquesa de Cornualles, su historia y sus secretos. Según se informa, Burke tenía un jaguar amarillo que la joven Camilla Shand amaba tanto que lo apodó cariñosamente El Huevo.

La joven siguió su vida, ajena a todo lo que vendría después. Salió una temporada con Burke, pero lo dejó por un otro, Andrew Parker Bowles. Se lo presentó el hermano de él, Simon, y comenzó una larga relación que le cambió la vida y su apellido. Era hijo del sheriff de Berkshire y su vinculación a la Familia Real no solo venía por su amistad con la Reina Madre, sino también por la distinción que recibió en los Blues and Royals, considerado el regimiento más prestigioso de la Guardia Real.

Con él llegó a pasar por el altar, a pesar de que, por aquel entonces, entre Camilla y Carlos ya habían surgido las primeras chispas, algo que nunca resultó un problema para la consorte, teniendo en cuenta que también era sabido por todos que él tenía varias amantes, entre ellas, la Princesa Ana.

Su separación en 1995 tras 22 años de matrimonio y dos hijos en común también supuso el fin del romance clandestino entre la británica y el actual monarca, pues fue poco el tiempo que pasó hasta que ambos decidieron apostar por su historia de manera pública, formal y oficial, aunque haciendo frente a la oposición de la Familia Real, y con éxito. A día de hoy, siguen demostrando que lo suyo siempre fue un amor real y duradero que, sin duda, pasará a la posteridad.

En cuanto a Burke, también encontró el amor después de su dolor inicial por perder a Camilla. Primero, con la ejecutiva de publicidad Peta Baker durante más de 14 años hasta que se separaron en 2001. Luego se casó con Luisa Fairey, con quien estuvo casado hasta su muerte. Le sobreviven su segunda esposa y su hijo Max. En recuerdo, su familia ha pedido donaciones a la British Heart Foundation y la fecha del funeral está fijada para septiembre.