El brindis por España, las lágrimas de Almeida y otros momentos emotivos de su boda

«Viva el Rey», «Ayuso, echa a Sánchez». El clamor popular en la calle Serrano, frente a la iglesia de los Jesuitas, evidenció que en la boda de José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo hubo dos invitados que recibieron innumerables muestras de afecto tanto entre el público que curioseaba como dentro de la celebración. Después de los protagonistas evidentes, que eran los novios, el Rey padre e Isabel Díaz Ayuso fueron los más aplaudidos y vitoreados. Don Juan Carlos viajó a Madrid para acompañar a su sobrina nieta en el día más feliz de su vida. La presidenta de la Comunidad, acechada por el Gobierno de Sánchez, dejó a su novio en casa para no alimentar la polémica.

El Rey Juan Carlos vivió este sábado una jornada llena de cariño en su cuarta visita a Madrid, tras instalarse en Abu Dabi en el verano de 2020. El alcalde le mostró su amabilidad nada más llegar a los Jesuitas, cuando se le cayó su bastón y se agachó raudo a recogerlo, sin permitir que lo hiciera el escolta. Don Juan Carlos estuvo acompañado por su mujer la Reina Sofía, quien se dirigió directamente al banquete, sus hijas; las Infantas Elena y Cristina, y tres de sus nietos; Felipe y Victoria de Marichalar y Juan Urdangarin.

Todos los invitados se pusieron en pie cuando el Rey Juan Carlos entró en la iglesia y ocupó el primer banco. Recordemos que es primo de la abuela de la novia Teresa de Borbón-Dos Sicilias y Borbón-Parma, quien llegó del brazo de su marido Íñigo Moreno de Arteaga, marqués de Laserna. A Almeida se le saltaron las lágrimas al ver entrar a su futura mujer completamente velada y vestida con un traje con una importante carga familiar, heredado tras varias generaciones y adaptado por Navascués. En la iglesia sonó un emotivo himno de España tras la consagración y en la bendición final, Camila Mayor interpretó Madre, de Hakuna.

En la Finca El Canto de la Cruz, el catering de Lhardy sirvió un largo cóctel, donde se formaron los habituales corrillos. Entre los asistentes al banquete se encontraban además de Ayuso, otros presidentes autonómicos como Alfonso Rueda, Alfonso Fernández Mañueco, Fernando López Miras o Jorge Azcón, y el expresidente Aznar. También la alcaldesa de Santander, Gemma Igual, una de las invitadas más elegantes, o Diego Pérez de los Cobos, el coronel de la Guardia Civil perseguido por Marlaska, y un gran defensor de la caza.

Inevitablemente, se habló de Sánchez, la deriva política de España o la Ley de Amnistía. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, solo asistió a la misa con su mujer Eva Cárdenas, y posteriormente viajó a Sevilla, para la final de la Copa del Rey.

Durante el cóctel, el Rey Juan Carlos tomó asiento en un taburete de bambú y se formó una larga fila para saludarle y hablar con él. Estaba encantado de volver a ver a viejos amigos. Permanecerá en Madrid hasta el lunes, para asistir al funeral de su sobrino, Fernando Gómez-Acebo.

En la finca, se instaló la mesa presidencial bajo el porche de la vivienda; en ella se sentaron los novios, con Don Juan Carlos a la derecha de Teresa Urquijo y la Reina Sofía a la izquierda de Almeida. En la mesa rectangular, también se encontraban Ana de Francia, los padres y abuelos de Teresa, y la familia del alcalde.

Frente a la mesa presidencial, se instaló una carpa con unas 60 mesas, con nombres de puntos emblemáticos de Madrid, como el Parque del Retiro, el Teatro Real, la fuente de Neptuno o el bar Richelieu. La ciudad de Madrid ha estado muy presente durante toda la celebración, puesto que abrieron el baile a ritmo de chotis.

Lhardy sirvió un menú con tres platos. De primero, degustaron salpicón de bogavante Desde 1911, como principal solomillo de wagyu a baja temperatura y de postre, a elegir entre milhojas de crema con fresas confitadas o brownie con crema de yogurt. Respecto a la bodega, se han decantado por un Marqués de Riscal, un Marqués de Murrieta especial para Lhardy y han brindado con champán Laurent Perrier.

Los encargados de pronunciar los discursos fueron el padrino Lucas Urquijo, muy breve y correcto, y el novio, quien tuvo un precioso recuerdo hacia sus padres fallecidos y se emocionó en varios momentos. «Mi madre siempre decía ‘nunca dejes de creer’. Y apareció Teresa, una bendición que Dios ha puesto en mi camino». Ha dicho que tiene la obligación de estar a la altura de esta mujer y hacerla feliz y devolverle la bendición en forma de hijos.

«Hoy es el día más feliz de mi vida también porque están presentes los Reyes Juan Carlos y Sofía», declaró Almeida recibiendo una larga ovación. Hubo un brindis por el Rey y por España.