La soledad del Príncipe Harry: el último amigo que le ha dado la espalda

El Príncipe Harry ha sufrido una pérdida significativa en su círculo más cercano: Dominic Reid, el cerebro detrás del éxito de los Juegos Invictus, ha renunciado a su puesto como CEO de la prestigiosa iniciativa deportiva para veteranos de guerra, lanzada con gran entusiasmo por el Príncipe Harry en 2014.

Desde su fundación, Reid se convirtió en la fuerza impulsora de los Juegos Invictus, llevando el proyecto a alturas insospechadas y transformándolo en un fenómeno internacional que ahora cuenta con la participación de 23 países. Sin embargo, tras una década de arduo trabajo y dedicación, Reid ha decidido dar un paso atrás, afirmando que es hora de que «alguien nuevo lleve este movimiento vital hacia su segunda y vigorosa década», según declaró en el sitio web de la fundación.

El anuncio de su renuncia ha dejado a muchos boquiabiertos, especialmente al Príncipe Harry, quien expresó su «inmensa gratitud» en un comunicado emotivo. El hijo menor de Carlos y Diana destacó que Reid había sido fundamental para convertir una «idea ambiciosa en un movimiento reconocido internacionalmente». Afirmó con firmeza: «Estoy inmensamente agradecido a mi amigo Dominic, cuya dedicación y liderazgo transformaron los Juegos Invictus de una idea ambiciosa a un movimiento reconocido internacionalmente».

Por su parte, Dominic Reid compartió sus sentimientos sobre esta transición, calificando su tiempo trabajando con Harry como «un privilegio». Reid subrayó cómo la pasión y el empuje del Príncipe habían centrado la atención en la salud mental como parte de la rehabilitación deportiva, un componente esencial del programa.

Aunque la partida de Reid marca el fin de una era dorada, también abre la puerta a una nueva etapa para los Juegos Invictus. La próxima edición está programada para febrero de 2025 en Vancouver y Whistler, Canadá, y será la primera vez que se combinen los deportes adaptados tradicionales con disciplinas de invierno, mostrando la continua evolución y expansión del evento.

El desaire de Carlos III

El esposo de Meghan Markle, quien renunció a sus deberes como miembro de la familia real británica en 2020 para empezar una nueva vida en Estados Unidos, regresó brevemente al Reino Unido en mayo para conmemorar el décimo aniversario de los Juegos Invictus con un servicio especial en la Catedral de San Pablo, el mismo lugar donde sus padres, Carlos y Diana, se casaron el 29 de julio de 1981.

Sin embargo, la visita del duque no estuvo exenta de controversia. Aunque esperaba reunirse con su padre, el Rey Carlos III, el encuentro nunca ocurrió. Mientras el Príncipe Harry presidía la ceremonia en la catedral, Carlos se encontraba en el Palacio de Buckingham, a solo 3 kilómetros de distancia, celebrando la primera Garden Party del año. A pesar de esto, Harry no estuvo solo en este importante día. A su lado estuvieron el abogado David Sherbourne; Mark Dyer, el ex escudero de Carlos III a quien Harry considera un segundo padre; y su ex secretario privado, Ed Lane Fox. Además, también contó con el apoyo de su familia materna, con sus tíos Charles Spencer y Lady Jane Fellowes presentes.

Esta visita marca la segunda vez que el Príncipe Harry ha regresado a Londres desde que se anunció que su padre había sido diagnosticado con cáncer. En su primera visita, padre e hijo tuvieron un breve encuentro apenas unas horas después de conocerse la noticia. Sin embargo, en esta segunda ocasión, a pesar de estar a solo 20 minutos de distancia, no lograron verse.

En medio de esta tormenta de cambios y emociones, los Juegos Invictus se preparan para una nueva era. Con un legado sólido y un futuro brillante, la iniciativa busca un nuevo líder que continúe la inspiradora misión que Dominic Reid y el duque de Sussex comenzaron hace una década.