El capricho de Mohamed VI para celebrar sus 25 años en el trono

El Rey Mohamed VI de Marruecos cumplió este pasado martes, 23 de julio, veinticinco años en el trono. Un reinado que se ha caracterizado, al margen de por la promulgación de una nueva Constitución y reformas económicas, por un sinfín de vaivenes personales del propio monarca, y diferencias en el desarrollo entre las distintas regiones del país de magrebí.

Mohamed VI llegó al trono el 23 de julio de 1999, tras la muerte de su padre, Hassán II, a consecuencia de una «neumopatía aguda». Lo hizo con tan solo 35 años y un férreo discurso que hablaba de monarquía constitucional, liberalización económica, pobreza, desempleo e inequidad. Entonces, nada hacía presagiar que por encima de dichas cuestiones estarían también las suyas personales y, mucho menos, que éstas trascenderían a ojos de la crónica social de nuestro país.

Su divorcio de Lalla Salma

Entre los momentos personales más polémicos de Mohamed VI destaca, primeramente, su divorcio de Lalla Salma y la casi desaparición de ésta de la primera línea mediática. Pues bien es cierto que desde su separación, Salma Bennani –su nombre de soltera–, lleva una vida completamente ajena a la monarquía alauí, y caracterizada por el hermetismo.

Fue en marzo de 2018, el mismo día en el que la pareja habría celebrado su decimosexto aniversario de boda, cuando fuentes cercanas a Palacio confirmaron la separación del Rey Mohamed VI y la Princesa Lalla Salma. La pareja contrajo matrimonio el 21 de marzo de 2002 y tiene dos hijos en común: Moulay Hassan, el príncipe heredero, y la princesa Lalla Khadija.

Viajes a todo trapo

Igualmente sonadas han sido, desde su ascensión al trono, las vacaciones de lujo y un sinfín de excentricidades del Rey Mohamed VI y, específicamente, sus viajes a París para visitar a su madre, Lalla Latifa, cuyo estado de salud se había deteriorado en los últimos tiempos. Finalmente, terminó falleciendo hace apenas un mes.

Cada vez que viaja, al monarca le sigue su habitual séquito de escoltas, sirvientes, técnicos de telecomunicaciones o secretarios, entre otros. Asimismo, en ocasiones, Mohamed VI se lleva consigo a ministros y altos cargos del país. Toda una flota a la que hay que sumar su avión Boeign 747, algunos vehículos para circular por el que sea su destino idílico y, en ocasiones, un Hercules C-130 y un Gulfstream. Y prueba de ello es su reciente escapada a Rincón, en la costa Mediterránea de Marruecos. De hecho, el último capricho que adquirió hace apenas un mes fue un Laraki Sahara, un superdeportivo de 1.550 caballos de fuerza (CV) y más de dos millones de euros.

Los problemas de salud de Mohamed VI

De un año para aquí, otra de las cuestiones que más titulares copa en los medios de comunicación es la salud de Mohamed VI. Algo que iría estrechamente relacionado con sus escasas apariciones públicas y desplantes en actos oficiales, y el paso al frente de su primogénito en todo lo que concierne a la monarquía marroquí.

El Rey Mohamed VI lleva años conviviendo con una salud delicada. En concreto, desde que le fuera diagnosticada la sarcoidosis. Una enfermedad autoinmune sistemática de origen desconocido en la que, según los expertos, se originan unos nódulos inflamatorios que impiden el correcto funcionamiento de los órganos en los que aparecen.

Además, a lo largo de sus veinticinco años en el trono, el Rey Mohamed VI ha hecho frente a otros problemas de salud. Antes de conocerse su divorcio de Lalla Salma, por ejemplo, el monarca tuvo que ser intervenido de urgencia tras sufrir una arritmia cardíaca. Una operación que se repetiría años más tarde, en 2020. Con 56 años entonces, el Rey de Marruecos sufrió una recaída de la arritmia en la clínica del Palacio Real.