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08 de septiembre de 2024

Los exduques de Palma durante los Juegos Olímpicos de Atenas 2004

Los exduques de Palma durante los Juegos Olímpicos de Atenas 2004GTRES

Gente

De la Infanta Cristina a Federico de Dinamarca: las grandes historias de amor en los Juegos Olímpicos

No solo son un escenario para competir por medallas, sino también un terreno fértil para que surjan historias de amor

Los Juegos Olímpicos han sido y seguirán siendo el escenario perfecto para que surjan encantadoras historias de amor, muchas veces comenzando con un simple flechazo. Desde la realeza hasta los atletas, numerosos corazones han encontrado su complemento perfecto en la villa olímpica. Por ejemplo, los Reyes Carlos Gustavo y Silvia de Suecia se conocieron durante los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972. Los Príncipes Federico y Mary de Dinamarca encontraron el amor en los Juegos de Sídney 2000, mientras que el mismo año, Alberto y Charlène de Mónaco se conocieron en un campeonato de natación en el principado.

La realeza española también tiene su capítulo romántico en el universo olímpico. La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se conocieron en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, cuando Iñaki brillaba en la selección de balonmano que se alzó con la medalla de bronce. Fue el portero de waterpolo Jesús Rollán quien hizo de celestino, uniendo a la pareja en un encuentro que terminó siendo mucho más que una simple conexión deportiva.

Un año después, el 4 de octubre de 1997, Barcelona se vistió de gala para celebrar una boda real que capturó la atención de todos, convirtiéndose en uno de los eventos nupciales más comentados de la realeza española. Pero, como en una trama digna de telenovela, la historia de amor de la Infanta Cristina y Urdangarin sufrió un giro inesperado, ya que poco antes de llegar a sus bodas de plata, anunciaron su separación, dejando a todos con el corazón en un puño.

Alberto y Charlene de Mónaco

En los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín 2006, el Príncipe Alberto de Mónaco y Charlène Wittstock hicieron oficial su relación. Su historia comenzó seis años antes, en 2000, durante un campeonato de natación en Mónaco, donde Charlene, una nadadora sudafricana, se destacó y Alberto, entonces padrino del evento, quedó cautivado. Aunque su romance comenzó en ese evento deportivo, fue en los Juegos de Invierno cuando decidieron mostrarle al mundo su amor. Desde entonces, han mantenido una conexión estrecha con el deporte, asistiendo a eventos y portando la llama olímpica en 2024, mientras disfrutan de su vida en familia con sus mellizos, Jacques y Gabriella.

Prince Albert II of Monaco and Princess Charlene of Monaco attending the Olympic flame lighting on June 18, 2024 in Monaco

Alberto y Charlene de Mónaco, llevando la antorcha olímpicaGTRES

Federico y Mary de Dinamarca, flechazo en el Slip Inn

En los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, el Príncipe Federico de Dinamarca estaba allí para apoyar a su delegación, pero lo que no esperábamos era que el verdadero oro sería el amor que encontraría en el bar Slip Inn. Mary Donaldson, una abogada australiana que disfrutaba de una noche en el bar sin saber que estaba conversando con un príncipe, se enamoró de Fred (como se presentó Federico). Este encuentro casual en un bar dio lugar a una de las historias de amor más entrañables de la realeza. Desde entonces, Federico y Mary han mantenido su pasión por el deporte viva, rodeados de sus cuatro hijos.

LOS PRINCIPES FEDERICO Y MARY DE DINAMARCA , DURANTE LOS JUEGOS OLIMPICOS DE ATENAS 2004
Hahn / Nebinger / ABACA / ©KORPA
15/08/2004
ATENAS *** Local Caption *** Crown Prince Frederik and Crown Princess Mary of Denmark talk prior to the start of the Olympic Group B women's handball match between Denmark and France at the Faliro Sports Pavilion, at the Olympic Games 2004 in Athens, Sunday, Aug. 15, 2004.Photo by Hahn/Nebinger/ABACA

Los Príncipes Federico y Mary de DinamarcaGTRES

Federer y Mirka, amor en la villa olímpica

En el calderón de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, un joven Roger Federer, con 19 años y aún en las etapas tempranas de su carrera, encontró a su compañera de vida en la tenista Mirka Vavrinec, que por aquel entonces era cinco años mayor y ya parte de la delegación suiza.

A pesar de la breve carrera profesional de Mirka debido a una lesión, su amor por Roger no solo persistió sino que creció con cada paso en la carrera del tenista. Mirka se convirtió en su pilar fundamental, ayudándole a madurar y crecer tanto en lo personal como en lo profesional. En 2009, tras años de apoyo mutuo, la pareja se casó, y hoy en día son padres de cuatro hijos, dos parejas de gemelos, construyendo una familia unida y apoyándose en cada paso de sus vidas.

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