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05 de julio de 2024

El príncipe Jorge de Serbia en San Petersburgo en 1908

El Príncipe Jorge de Serbia, en San Petersburgo en 1908

Picotazos de historia

Los pocos modales del Príncipe serbio que estuvieron a punto de adelantar la Gran Guerra

Jorge, príncipe heredero de Serbia, encontró la fealdad del embajador del Imperio Austrohúngaro en Serbia tan repulsiva que le hizo sentarse en la mesa más alejada y de cara a la pared

Jorge Karageorgevic fue el hijo mayor del matrimonio formado por el Rey Pedro I de Serbia y por la Reina Zorka de Montenegro. Nacido en Montenegro, en la corte de su abuelo Nicolás I, su padre apenas era un príncipe exiliado perteneciente a la dinastía rival de los reyes de Serbia, encarnada en el Rey Alejandro I de la dinastía de los Obrenovic. La familia de Jorge se trasladó a Rusia y allí estudió en la escuela de cadetes hasta el año de 1903, ese año los serbios asesinaron y arrojaron por uno de los balcones del palacio real de Belgrado a Alejandro I y a su esposa, acabando así con los Obrenovic y dando lugar a la vuelta triunfal de Pedro Karageorgevic como Rey Pedro I de los serbios.

Instalado en Belgrado como príncipe y heredero real, Jorge empezó a dar muestras de un carácter violento e impredecible. En 1909, cenando en su restaurante favorito de Belgrado, y desatado por una excesiva ingesta de bebidas alcohólicas, su comportamiento se fue tornando cada vez más turbulento. Notando que en una mesa próxima a él se encontraban cenando un grupo de extranjeros, Jorge les mandó a su ayudante de campo con el mensaje de que, debido a que encontraba la fealdad de sus rostros excesivamente repulsiva, les agradecería que se trasladaran a una mesa más alejada y se sentaran de cara a la pared. En este caso la elección de las victimas por parte del Príncipe serbio no pudo ser más infortunada ya que se trataba del conde Konstantin von Dumba, embajador del Imperio Austrohúngaro en Serbia, quien se encontraba cenando con los principales miembros de su embajada. Von Dumba, encolerizado por el insulto, lanzó una mirada asesina al ofensor y reconociendo en él al Príncipe heredero de Serbia, abandonó el restaurante hecho una furia. Un par de horas después, el Gobierno serbio recibió, por parte del gobierno austrohúngaro, una queja formal acompañada por la exigencia de unas disculpas inmediatas bajo amenaza de romper relaciones diplomáticas, previo a subsiguientes acciones por parte de los ofendidos austriacos. Lo que en lenguaje diplomático venía a decir: o una disculpa en condiciones o guerra.

El príncipe heredero (al fondo en el balcón) llama a los manifestantes a ir a la guerra con Austria-Hungría durante las manifestaciones de 1908. Imagen publicada en el periódico Wiener Bild

El Príncipe heredero (al fondo en el balcón) llama a los manifestantes a ir a la guerra con Austria-Hungría durante las manifestaciones de 1908. Imagen publicada en el periódico Wiener BildWikimedia Commons

Por culpa del mal carácter del príncipe, el gobierno serbio vivió horas muy tensas que pudieron haber adelantado la Primera Guerra Mundial por unos años. En ese mismo año de 1909, el mal genio de Jorge rebasó el limite: mató a patadas a su sirviente. El consiguiente escándalo obligó a su padre a apartarle de la línea de sucesión en favor de su hermano pequeño, quien reinaría con el nombre de Alejandro I de Yugoslavia.

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