La célebre «guerra más larga de la Historia» entre Huéscar y Dinamarca llega en forma de cómic
Román López-Cabrera y Marina Armengol Más recuperan esta surrealista guerra oficial de 172 años
En noviembre de 1809 el pequeño pueblo de Huéscar (Granada) con 7.200 habitantes, declaró la guerra a Dinamarca, a 2.600 kilómetros de distancia. ¿Cuál fue el motivo? Lo cuentan Román López-Cabrera con la ayuda de la colorista y dibujante Marina Armengol Más en formato cómic con una obra titulada ¡Hay que arreglar lo de Dinamarca! (Cascaborra): «La historia se iba superando a cada anécdota que me contaban, pero hubo dos cuestiones que contribuyeron: el buen rollo que destilaba y, por supuesto, ese acto de firma de la paz con alrededor de trescientos daneses vestidos de vikingos. Tenía que dibujarlo», confiesa López-Cabrera.
Para entender este peculiar episodio, hay que remontarse a la guerra de Independencia cuando las tropas francesas comandadas por Napoleón invadieron España. Pocos años antes, ambos países habían luchado juntos contra Inglaterra; sin embargo, los acontecimientos hicieron rectificar a España y firmar la paz con los ingleses.
En Dinamarca, aliada de Francia, se había instalado previamente un destacamento de tropas españolas para apoyar al país escandinavo en su guerra contra Suecia y servir de contención ante posibles insurgencias inglesas. Pero el cambio de alianzas obligó a una rápida huida de parte del ejército español de Dinamarca ayudado por buques ingleses. En su huida, 5.000 soldados españoles fueron hechos prisioneros.
El 11 de noviembre de 1809 llegó a Huéscar un emisario militar español con una Real Orden de parte de las Cortes que actuaban en nombre de Fernando VII, Rey que había sido desterrado por Napoleón. Dicho documento instaba a romper toda relación diplomática con Dinamarca, por lo que el Ayuntamiento de la localidad granadina acordó en una sesión plenaria declarar la guerra a Dinamarca. La resolución establecía lo siguiente:
«[...] atacar a las fuerzas danesas en cualquier parte que se hallen, vengar los insultos recibidos y no cesar las hostilidades hasta que un mutuo convenio de Corte a Corte y un tratado estipule las condiciones de paz». Esa tregua en realidad llegó en 1814, pero en el pueblo nadie pensó en registrarlo, por lo que el litigio se mantuvo y la lucha quedó en el olvido hasta junio de 1981 cuando el archivero municipal Vicente González Barberán descubrió entre los papeles del archivo este llamativo suceso de la historia de España. Atónito, después de descubrir que el municipio granadino estaba en guerra desde 1808, González Barberán decidió solventar la situación con la declaración oficial de paz con Dinamarca.
Ese mismo año se efectuaría la firma del armisticio. Los encargados fueron el embajador danés Mogens Wandel-Peterson y el representante español, José Antonio de Yturriaga, primo de González Barberán. Una vez puesto fin a la situación de guerra, la relación entre Huéscar y Dinamarca se mantuvo después del armisticio, con los habituales intercambios de alumnos entre Kolding y Huéscar, así como la colocación de placas en calles en honor a Dinamarca y la ciudad de Kolding.
Acabar con los tópicos
En 2021, a 40 años del tratado de paz, se rodó un documental recordando el conflicto bélico. Una largometraje titulado La guerra más larga en coproducción donde el guionista Jaime Noguera y el director Jorge Rivera unieron fuerzas para dar lugar a 65 minutos que condensan con buen humor los hitos de esta particular contienda donde no hubo ni enfrentamientos ni víctimas. y las cuatro décadas de hermanamiento entre Kolding y Huéscar.
Para realizar el documental han contado con varios testimonios, entre ellos los de la familia del alcalde que firmó la paz. Puesto que debían comprimir todo en una hora escasa, Rivera lamentó haber dejado fuera de los testimonios uno en particular acerca de la autoimagen española: «El concepto ha cambiado, se ha suavizado, pero en parte seguimos teniendo ese complejo, como de que somos menos que el resto de Europa. La película también explica cómo ser países aliados en la Unión Europea o los intercambios y hermanamientos como el que existen entre Huéscar y Kolding han ayudado a derribar tópicos. Para los daneses hace 40 años España era sangría, sol y paella y ahora es algo más», explicó en una entrevista con Cineconñ.