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04 de julio de 2024

Una de las momias más antiguas de Canarias que se conservan en el museo Arqueológico de Tenerife

Una de las momias más antiguas de Canarias que se conservan en el museo Arqueológico de TenerifeEFE

¿Quién descubrió las Islas Canarias? Un estudio de tres universidades rompe con la creencia establecida

¿Quiénes fueron los primeros navegantes en descubrir Canarias en la Antigüedad: los fenicios, los cartagineses, los romanos...? ¿Se asentaron en las islas o solo estuvieron de paso?

Trece investigadores de las universidades de Las Palmas de Gran Canaria, La Laguna y Linköping (Suecia) publican en PNAS, la revista la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, una amplia revisión de las dataciones de carbono 14 en las que basa la cronología cómo fue el primer poblamiento de Canarias.

Sus autores repasan todos los vestigios que soportan esas dataciones para descartar aquellos que no pueden atribuirse sin duda a la presencia del hombre (por ejemplo, restos de carbón que quizás proceden de un incendio natural) y, sobre todo, para examinarlos de nuevo a la luz de criterios de «higiene cronométrica».

Eliminando de la ecuación los sesgos temporales y todo vestigio dudoso, este equipo de la ULPGC y la ULL subraya que queda claro que las Islas Canarias no fueron colonizadas por el hombre en el primer milenio antes de Cristo, como aún defienden algunos autores.

Equipo científico trabajando en el yacimiento de Playa Chica, en Gáldar (Gran Canaria).

Equipo científico trabajando en el yacimiento de Playa Chica, en Gáldar (Gran Canaria).EFE

Fue ya en la Era Común y con estos años de llegada según el registro arqueológico: Lanzarote, entre el año 70 y el 240; Tenerife, entre el 155 y el 385; El Hierro, entre el 170 y el 330; La Palma, entre el 245 y el 430; Fuerteventura, entre el 270 y el 525; La Gomera, entre el 275 y el 405; y Gran Canaria, entre el 490 y el 530.

Romanos y bereber se solapan

El inicio de esa secuencia se solapa ligeramente con la presencia romana acreditada en el Islote de Lobos, que se extiende desde el sigo I antes de Cristo hasta el I de la Era Común. ¿Llegó Roma a colonizar las islas o solo explotó puntualmente sus recursos?

«Eso es aún materia de debate. Algunos investigadores argumentan que establecieron un punto de partida de colonización a base de trasladar al archipiélago comunidades bereberes, en especial para explotar sus riquezas naturales costeras. Una interpretación alternativa de las narrativas clásicas (como la crónica normanda Le Canarien del siglo XV) apunta a que los romanos deportaron a Canarias a rebeldes bereberes del Norte de África como forma de castigo», plantean los autores de este trabajo.

Sin embargo, ni los historiadores romanos ni el registro arqueológico aporta prueba de esas dos teorías (y mucho menos aún de una llegada previa fenicia o púnica a Canarias).

Los autores de este trabajo reconocen que no se puede descartar que la expansión de Roma en el siglo I empujara a los pueblos del Noroeste de África a emigrar hacia unas islas que están a 100 kilómetros de distancia del continente, pero si fue así, subrayan, emprendieron esa empresa por propia iniciativa.

El director del proyecto trabajando en el yacimiento de la cueva de El Tendal, en San Andrés y Sauces (La Palma).

El director del proyecto trabajando en el yacimiento de la cueva de El Tendal, en San Andrés y Sauces (La Palma).EFE

Es decir, no llegaron como exiliados ni esclavos, sino como colonos y en una oleada muy extensa en sus inicios, como prueba el sustrato genético común de los pueblos aborígenes que los castellanos se encontraron 1.300 años después durante la conquista.

Creen que fue así, explica Jonathan Santana, porque una vez que pisaron Lanzarote no se conformaron con quedarse en ella, sino que «no pararon» hasta asentarse en todas.

Lo hicieron, además, con un plan predefinido, como denota que llevaran semillas de varios tipos de cereal, de legumbres y árboles frutales como el higo o ganado doméstico como cabras, ovejas y cerdos que garantizaban su supervivencia en unas islas que, por lo demás, solo les ofrecían tierra cultivable, agua y pesca.

¿Navegaban?

¿En qué se basa entonces la teoría de la llegada forzada? En la constatación de que, una vez que tomaron todo el archipiélago, se quedaron aislados durante siglos, sin comunicación entre islas hasta el regreso de los navegantes europeos al final de la Edad Media (s. XIV). Los defensores de la tesis de la deportación o la esclavitud sostienen que probablemente los antiguos canarios no sabían navegar y que, por eso, su llegada a Canarias «necesita» de los romanos.

«En el fondo, toda esa tesis es muy eurocéntrica», responde Santana, que se pregunta si acaso los bereberes eran un pueblo asentado en una larga fachada marítima pero incapaz de desarrollar una tecnología extendida desde antiguo por todo el mundo.

Los firmantes de este artículo lo ven muy improbable: están seguros de que sí navegaban y no les extrañaría que, si supieron de la existencia de las Islas Afortunadas, seguramente por Roma (Plinio el Viejo las cita ya con ese nombre en el s. I), quisieran ir a ellas.

Entonces, ¿por qué dejaron de navegar, por qué se quedaron aislados? Santana reconoce que aún no se sabe a ciencia cierta, pero apunta dos ideas: primero, en la antigüedad, solo se navegaba cuando era estrictamente necesario, cuando la ganancia esperada compensaba el peligro de perderse o naufragar; segundo, en eso los canarios no fueron únicos: también los aborígenes de Hawái perdieron el contacto con el resto de la Polinesia una vez que asentaron en esas islas.

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