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Soldados afroamericanos en la Segunda Guerra Mundial

Soldados afroamericanos en la Segunda Guerra Mundial

Picotazos de historia

Un conflicto racial en el Ejército norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial

Todavía en el año 1943 existía una política de segregación racial en el Ejército estadounidense que desencadenó episodios como el de la batalla de Bamber Bridge

Bamber Bridge es una pequeña localidad inglesa en el condado de Lancashire. Durante la Segunda Guerra Mundial, a partir de 1942, se estableció en la villa el 1511º regimiento de transporte perteneciente a la intendencia de la 8ª flota aérea norteamericana. En el pueblo también estaba el cuartel de la 234ª compañía de la policía militar norteamericana.

El Ejército de Estados Unidos —y no les quiero a ustedes contar la Armada— seguía manteniendo una política de segregación racial, por este motivo la mayoría de las personas de raza negra alistadas fueron encuadradas en unidades de logística y apoyo. En el frente europeo pocas unidades negras combatieron. En el frente del Pacífico, ninguna. Volviendo al tema, el 1511º regimiento estaba compuesto por soldados de raza negra dirigidos por oficiales blancos, excepto uno. Por otro lado, la policía militar eran todos soldados de raza blanca.

Estos últimos habían recibido órdenes de sus superiores de hacer cumplir a los soldados del 1511ª las normas de segregación racial en el pueblo inglés, exactamente igual que si se encontraran en el último lugar del estado de Misisipi. Hay que decir en favor de los ingleses que masivamente se pusieron del lado de las tropas de intendencia. Los tres pubs que tenía el lugar lucían orgullosos carteles de «solo para tropas negras» en sus entradas.

La tarde del día 24 de junio de 1943, algunos soldados de intendencia bebían y pasaban el rato, junto con algunos de los aborígenes del lugar, en el pub Ye Olde Hob Inn, cuando un cabo y un soldado de la policía militar entraron en el local. Habían acudido allí porque habían recibido un informe que afirmaba que se había producido allí un incidente violento.

El pub Ye Olde Hob Inn, en Bamber Bridge

El pub Ye Olde Hob Inn, en Bamber Bridge

Falsa alarma. Cuando se marchaban el cabo de la Policía Militar notó que uno de los soldados estaba con ropa de faena. Esto iba en contra de las ordenanzas, así que procedió a identificarlo. Al intentar arrestarle se creó tensión en el local. Los locales se pusieron de parte del soldado, igual que sus compañeros. Un sargento del 1511º calmó la situación, aún así la pareja de la Policía Militar solicitó refuerzos y recibieron órdenes de sus superiores de proceder a arrestar a todas las tropas que estuvieran dentro del pub.

La Policía Militar estableció un control en la carretera que conducía al acuartelamiento del 1511º regimiento y procedió a detener a los soldados a medida que llegaban. Hubo gritos, insultos, voces airadas... Un policía militar perdió los nervios, desenfundó su arma y disparó matando al soldado William Crossland. La bala le entró por la espalda. Los soldados que consiguieron llegar al cuartel contaron lo sucedido. Algunos de ellos estaban heridos o contusionados.

Se desató el pánico cuando corrió el rumor de que la Policía Militar iba a matar a los soldados negros. Hacia la medianoche, una columna de la Policía Militar, compuesta por varios jeeps y un vehículo blindado, que montaba una ametralladora del calibre 50, llegaron ante el cuartel del regimiento 1511º.

Se produjo una pequeña batalla campal en la que, afortunadamente, no se utilizaron las armas. Expulsados del cuartel, la Policía Militar fue perseguida por las tropas de intendencia por todo el pueblo. En todo momento, las tropas negras intentaron que la población civil no sufriera daño alguno.

Cuando volvió la calma, el balance de lo que después se llamó la batalla de Bamber Bridge era de un muerto y siete heridos graves (los treinta y cinco heridos leves no fueron considerados dignos de aparecer en el informe). En el posterior juicio sobre los hechos fueron condenados treinta y dos soldados del regimiento de intendencia a penas inferiores a quince años, cuatro de ellos tuvieron sentencias de trabajos forzados. Ningún miembro de la Policía Militar fue juzgado o amonestado. Ni siquiera el que disparó y mató por la espalda al soldado Crossland.

El informe posterior culpó a la baja calidad de los mandos de la unidad de intendencia, sumidero de oficiales que habían sido juzgados «no aptos» para comandar tropas en el frente. Se recomendó rebajas en las penas, cosa que se hizo. Aun así estas fueron extraordinariamente severas.

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