Afganistán
El último bebé perdido en el caos de Kabul vuelve por fin junto a su familia
Suhail Ahmad, de solo seis meses de edad, estuvo al cuidado de un benevolente taxista afgano
Se ha encontrado, por fin, al último de los bebés que los afganos desesperados entregaron a las tropas de Estados Unidos en el momento de su retirada de Kabul. El niño, de seis meses, sobrevivió a la separación de su familia y a un intento de secuestro.
En agosto, la desaparición de Suhail Ahmad provocó una urgente búsqueda del Departamento de Estado. Estaba sano y salvo, en una casa en Kabul bajo los cuidados de un taxista afgano que lo rescató.
En verano, se difundieron por redes imágenes de familias en Afganistán que, viéndose sin opciones, entregaban sus bebés a las tropas americanas y británicas por encima de las vallas y entradas del aeropuerto Hamid Karzai, en Kabul. Estas estampas encapsularon la desesperación de los afganos, que durante los últimos 20 años habían vivido junto a las tropas. Al menos cuatro bebés fueron separados de sus familias.
Mi mujer y yo estábamos dispuestos a criarlo como si fuera nuestro propio hijo
Suhail Ahmad tenía solo dos meses cuando sus padres se lo dieron a los marines estadounidenses a cargo del esfuerzo de evacuación en la capital afgana, pero las autoridades lo perdieron en el caos. Lo encontró Hamid Hammedullah, conductor de taxis.
«Yo estaba acompañando a mi hermano, que tenía un visado especial para irse de Afganistán, cuando vi al bebé. Estaba en un camino de tierra, solo», explica Hammedullah, recordando el momento en que descubrió al niño.
Cuenta que su condición era «malísima», y que Suhail lloraba en el suelo, con la ropa sucia, desesperadamente hambriento y sediento. «No podía dejarlo allí», dice Hammedullah. «Decidí llevármelo a casa e intentar encontrar a su familia. De no haberlos encontrado, mi mujer y yo estábamos dispuestos a criarlo como si fuera nuestro propio hijo».
La familia Ahmad, que también tenía visados especiales por el trabajo del padre como guardia en la embajada estadounidense, entró en el aeropuerto poco después de entregar al niño, pero fueron incapaces de encontrarlo. Les aseguraron que el bebé habría sido transportado a Qatar o a Emiratos Árabes, por lo que tomaron sus vuelos de evacuación al concluir que el paradero del niño era desconocido.
Fue un milagroso ejemplo de buena suerte que, semanas más tarde, la pasajera del taxi de Hammedullah perteneciese a la misma comunidad «Ismaili Hazara» que la familia del niño. Hablaron del bebé, y la pasajera pudo ponerse en contacto con los Ahmad, que ahora residen en Texas.
El abuelo del niño, que aún vivía en Kabul, confirmó su identidad.
Intento de secuestro
Sin embargo, la tragedia de Suhail aún no había terminado; durante su estancia con Hammedullah, sobrevivió a un intento de secuestro.
Dos hombres fingiendo ser periodistas se presentaron en casa del taxista para «entrevistarle» sobre su experiencia. Tras preguntar si podían hacerse una foto con el niño, Hammedullah cuenta como «lo golpearon súbitamente, y lo lanzaron al suelo de su propia casa. Agarraron al niño e intentaron huir, pero su esposa los vio y gritó, alertando a los vecinos. Uno de ellos llegó a tiempo y agredió al secuestrador que sujetaba al niño, rescatándolo. Gracias a Dios, el niño salió ileso».
Relata que llamaron a la policía talibana, pero en el tiempo que tardaron en responder, los criminales se dieron a la fuga.
La familia de Suhail Ahmad espera ahora con impaciencia que el Gobierno de Estados Unidos organice el transporte del niño para poder reunirse con él por fin.