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Vladimir Putin y Xi Jinping en 2019

Vladimir Putin y Xi Jinping en 2019AFP

Rusia y China forman equipo: Putin y Xi revisarán su alianza durante los Juegos Olímpicos

El apoyo frente a Ucrania, y un nuevo gasoducto en Mongolia cobran protagonismo durante unos Juegos «que no tendrían que politizarse»

La tensión aumenta; el presidente Vladimir Putin ha postrado a 100.000 soldados rusos en la frontera ruso-ucraniana, mientras que Estados Unidos ordenó el despliegue de 3.000 soldados a países del este de Europa. Tras dos meses de fracasos diplomáticos, la OTAN espera a que Putin decida si le compensa desencadenar el conflicto en Ucrania.

Pero las fuerzas mundiales coinciden en que habrá un tiempo muerto durante el mes de febrero, con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno en Pekín. Es poco probable que Putin quiera ofender a su máximo aliado, el líder comunista Xi Jinping, al iniciar una guerra durante un evento tan importante para China. Sin embargo, ambos presidentes aprovecharán los Juegos para tener una reunión diplomática, con la intención de revisar su alianza contra la OTAN.

Serán unos juegos marcados por la política. Varios países se han sumado al boicot diplomático capitaneado por Estados Unidos, que busca castigar a China por sus abusos contra las minorías uigures. Frente a la politización del evento, el presidente Xi Jinping recordó el simbólico eslogan olímpico: «Más rápidos, más altos, más fuertes unidos». También Giovanni Malagò, presidente del comité olímpico italiano, subrayó este «espíritu olímpico» en su entrevista con El Debate: «El deporte no puede instrumentalizarse por la política, y los Juegos Olímpicos, todavía menos. No cabe dentro del corazón olímpico».

China lleva meses criticando la politización de los Juegos de Pekín. Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, denunció que «la medida tomada por Estados Unidos viola el principio de 'neutralidad política' que defiende la Carta Olímpica». Recalcó que las Olimpiadas debían permanecer ajenas a los conflictos diplomáticos, como un oasis de paz y unidad mundial. «Estados Unidos debe dejar de politizar el deporte y de entorpecer los Juegos Olímpicos de Pekín, porque pondrá en riesgo el diálogo bilateral y la cooperación en áreas importantes y cuestiones regionales».

China y Rusia comparten telesilla

La reunión entre Putin y Xi Jiping da un giro irónico a los acontecimientos. El líder chino, que condenó el boicot de Estados Unidos desde una posición de respeto a los valores olímpicos, pecará del mismo vicio al aprovechar los Juegos para reunirse con su homólogo ruso.

Siempre pedimos el mayor respeto posible, y la menor interferencia posible del mundo políticoJuan Antonio Samaranch, coordinador jefe del comité olímpico internacional

Es la primera vez en 400 días que Xi se ve cara a cara con líderes mundiales, y ha dado a Putin un puesto prioritario en su agenda. También será una reunión excepcional para el ruso, que no asistió en persona ni a la cumbre del G20, ni a la COP26. Durante el encuentro, firmarán una serie de aproximadamente 15 acuerdos; entre ellos destaca la posibilidad de un «flotador salvavidas» económico de China a Rusia, en caso de que la OTAN y sus aliados den luz verde a sus sanciones.

Según anunció el Kremlin, China formalizará su apoyo a Rusia en la disputa contra la OTAN: «Hemos preparado una declaración conjunta, sobre las relaciones internacionales de cara a esta nueva era. Pekín apoya las demandas de garantías de seguridad de Rusia a la OTAN. Ambos países piden en conjunto la creación de distintos mecanismos para asegurar la seguridad en Europa», comunicó Yury Ushakov, asesor de exteriores de Putin.

«Poder de Siberia 2»

Putin y Xi también dialogarán sobre la construcción del «Poder de Siberia 2». Se trata de un gasoducto que uniría Rusia con China a través de Mongolia. Gazprom, la compañía de gas estatal rusa, explicó que el tubo transportaría 50 billones de metros cúbicos de gas al año, y doblaría las exportaciones anuales actuales de Rusia a China.

De llevarse a cabo, la iniciativa supondrá para Rusia una alternativa al controvertido «Nord Stream 2», que solo da problemas; su puesta en marcha se ha visto amenazada por la situación en Ucrania, y podría tardar años en resolverse. Por su parte, el gasoducto «Poder de Siberia» original ya existe, y aunque tardó una década en activarse, suministra gas a China desde 2019. Yury Ushakov compartió que los dos líderes firmarían una serie de acuerdos sobre el gas durante la visita de Putin, acuerdos que «marcarían un nuevo paso en el desarrollo de la cooperación de gas entre Pekín y Moscú».

Con este trasfondo, las palabras de Juan Antonio Samaranch, coordinador jefe del comité olímpico internacional, suenan vanas. «Siempre pedimos el mayor respeto posible, y la menor interferencia posible del mundo político. Nos enorgullece y alegra que los mejores atletas del mundo vivan en paz durante 59 días», pidió el coordinador hace unas semanas. Pero el equipo Putin y Xi no podía esperar ni un minuto más para verse de nuevo las caras.

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