Reino Unido
«Harán falta tanques» para sacar a Boris Johnson de Downing Street
El primer ministro británico se niega a aceptar la derrota, a pesar de la creciente presión sobre él y su mujer, Carrie
El puesto de Boris Johnson peligra desde hace semanas. La polémica de las fiestas en Downing Street no hizo más que avivar el enfado del público británico, de por sí decepcionado por la gestión de la pandemia y la resaca del post-Brexit. Tras publicarse el condenatorio informe de Sue Gray, y sus conclusiones de que en Downing Street «hubo un fallo de juicio y liderazgo», Boris se mece sobre la cuerda floja, y se aferra a su cargo con uñas y dientes.
El primer ministro no esconde su determinación por permanecer a la cabeza del país, a pesar de que más de la mitad de los ingleses, y un tercio de los votantes Conservadores exigen ya su dimisión. Además, una encuesta del periódico británico The Times señala que el 88 % de sus lectores opinan que Boris Johnson ha sido un mal primer ministro, frente a solo un 12 % que está contento con su gestión. Pero él «ha dejado muy claro que hará falta una división de tanques para sacarlo de allí», compartió con The Times un aliado de Johnson desde el Número 10.
Pero aún más inquietante para Johnson es la presión interna del propio Partido Conservador. El Comité de 1922 es un mecanismo especial establecido en el reglamento del Partido. Se encarga de coordinar las elecciones para un nuevo líder y, en casos especiales, forzar la dimisión del actual para escoger a uno nuevo. Si el Comité recibe 54 «votos de no confianza» de los demás diputados Conservadores, se activará una votación extraordinaria en la que el partido decidirá si echar o no a Johnson de su puesto. Actualmente, 15 diputados han confirmado públicamente sus votos de no confianza, pero los rumores señalan que en realidad son más de 30 los conservadores que se han pronunciado en contra de su primer ministro.
Los golpes contra Johnson se suman. La semana pasada, dimitieron cuatro altos cargos del gabinete del premier. Una de ellos fue Munira Mirza, jefa de la unidad política del despacho presidencial, que llevaba más de una década junto a Johnson y era, según él mismo, «una de las mujeres más influyentes de [su] vida».
Presión sobre Carrie
Y hablando de mujeres con influencia sobre Boris Johnson: su esposa, Carrie Symonds, tampoco quiere que conserve el puesto de premier. Según comparte The Times, la mujer apenas puede soportar la presión tanto sobre ella como sobre sus hijos, el más pequeño nacido el pasado mayo.
En efecto, en los últimos días, el público la ha tomado con Symonds. El antiguo diputado Conservador Lord Ashcroft publicó ciertos extractos de su biografía. En ellos, el autor alega que Symonds utilizó el teléfono móvil de su marido para hacerse pasar por él y dar ordenes a los oficiales. También cuenta que presionó a su marido para tomar ciertas decisiones, y le pidió que colocase a amigos suyos en cargos políticos de importancia.
Tras la publicación de los escritos, un portavoz de Boris Johnson se vio obligado a publicar un comunicado extraordinario, donde el premier aseguró que su mujer «no tiene ningún papel en el Gobierno».