Mariúpol, la ciudad que simbolizó la resistencia de Ucrania, se convierte en un campo de fosas comunes

Mariúpol es un nombre sin fronteras. El asedio ruso a la ciudad heroica y a la acería de Azovstal, donde resistían familias con niños y se atrincheraba el batallón Azov, hicieron de este emplazamiento un lugar mítico. Hoy, aquel territorio que cayó en manos rusas el 16 de mayo, es un enorme cementerio de tumbas sin nombre.

En el sur de Ucrania los NN (No Names) se multiplican. La última excavación, según unas imágenes satelitales de la BBC, han expuesto las excavaciones de otras 1.500 fosas comunes que no estaban en las últimas tomas de esa zona del noroeste de la ciudad. De acuerdo a diferentes estimaciones, en esos pozos sin fondo, habría miles y miles de cuerpos esparcidos.

Según esta organización, desde la última vez que se rastreo la zona mencionada, el pasado mes de junio, se han abierta 1.500 fosas más. A éstas hay que sumar más de 4.600, sin posibilidad de calcular el número de muertos que cubren.

El gobierno de Ucrania asegura que al menos 25.000 personas cayeron abatidas en los enfrentamientos que se libraron en Mariúpol y que entre 5.000 y 7.000 perdieron la vida bajo los escombros de sus viviendas como consecuencia de los bombardeos.

De estas ruinas estarían saliendo los cuerpos sin vida de los ucranianos que murieron desde el principio de la guerra. Según la BBC, habitantes Mariúpol han declarado haber sido testigos de tareas de desescombro donde se han recuperado cadáveres que las autoridades rusas han trasladado a destino incierto para sepultarlos.

Los cementerios tradicionales están saturados. Algunos ucranianos, antes de que los rusos se hicieran con el control de la región excavaron fosas de sus familiares y amigos

Los cementerios tradicionales están saturados. Algunos ucranianos, antes de que los rusos se hicieran con el control de la región excavaron fosas para sus familiares y amigos para poder exhumarlos más tarde y darles una sepultura adecuada.

Vaagn Mntsakanian, buscaba con desesperación un sitio donde dar sepultura a los restos de su padre. Al no encontrarlo se dirigió a las autoridades donde descubrió que había decenas de personas en la misma situación.

De este modo cavó, con la colaboración de otros vecinos, tres fosas comunes en el centro de la ciudad. Durante 5 días, el pasado mes de marzo, de acuerdo a lo recogido por la BBC, retiraban cadáveres en la periferia de Mariúpol bajo una lluvia de bombas.

Había días terribles con más de cien cuerpos. A veces, incluso 150… Había tantos que no nos daba tiempo a retirarlos a todosVaagn Mntsakanian

La precariedad en muchas ocasiones les impidió envolver en bolsas adecuadas a las víctimas de la guerra que Putin decidió empezar el 24 de febrero. «Había días terribles con más de cien cuerpos. A veces, incluso 150… Había tantos que no nos daba tiempo a retirarlos a todos».

La BBC recoge testimonios de sobrevivientes de Mariúpol que buscan desesperadamente a sus familiares muertos. Tatyana es otra de ellas. Su hijo cayó en combate, pero nunca le entregaron el cuerpo.

Buscó en uno de esos llamados entierros masivos, eufemismo para no hablar de fosa común, en Vynohradne, pero en aquella montaña de cadáveres no encontró el de Yaroslav. La bala de un francotirador, según le dijeron, acabó con la vida del joven de 26 años.

Si no está vivo queremos enterrarlo como a una persona, con humanidadTatyana, madre de Yaroslav, abatido por un francotirador ruso

La incertidumbre es lo que desespera a esta madre que no termina de estar convencida de que su hijo esté muerto, pero suplica:. «Si no está vivo queremos enterrarlo como a una persona, con humanidad».

En su viaje entre los muertos, «contamos más de 800 fosas nuevas» en Vynohradne. Algunas de estas se encuentran bajo bajo carteles donde figura el número de cuerpos y el género, pero no tienen nombres. Eso, la obliga a continuar con una búsqueda dolorosa con visos de hacerse eterna.