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CAESAR Ucrania

Un obús autopropulsado CAESAR ucraniano, abre fuego contra posiciones rusasAFP

El mundo en 2023: ¿el año del apocalipsis nuclear o de la distensión global?

El año 2023 estará marcado por la guerra en Ucrania. Otros conflictos en curso amenazan con convertir el nuevo año en uno de los de mayor tensión bélica en décadas

El año 2022 ha sido uno de los más calientes que se recuerdan en la esfera mundial desde la Segunda Guerra Mundial.

El clima bélico, con la guerra en Ucrania como principal conflicto, en prácticamente todos los continentes, y la especial polarización y tensión entre bloques, ha llevo al mundo a los peores momentos de la Guerra Fría, cuando parecía que cualquier «resfriado» causaría una guerra nuclear entre la Unión Soviética y Estados Unidos.

Además de Ucrania, otros de los puntos calientes de la geosfera en 2022 han sido el conflicto entre China y Taiwán, la tensión entre Serbia y Kosovo, la guerra civil en Etiopía, las protestas en Irán contra los ayatolás, las revueltas en Kazajistán a principios de año, la deriva islamista del Afganistán de los talibanes, las permanentes tensiones entre Israel y Palestina, la guerra en Yemen o el conflicto entre turcos y kurdos en el norte de Siria.

Con mayor o menor intensidad, todos estos conflictos, y otros muchos, continuarán en 2023. ¿Cuáles serán los principales?

Ucrania

Sin duda alguna, la guerra en Ucrania seguirá copando las portadas de la prensa internacional a lo largo de todo 2023.

La guerra cumplirá un año el 24 de febrero de 2023 y, durante todos estos meses, la guerra ha cambiado de signo de una manera tan espectacular que es imposible hacer una predicción de su desarrollo.

Una cosa hay segura: será un conflicto largo que difícilmente terminará en 2023. La guerra empezó con una clara ventaja de Rusia, que rápidamente se hizo con un buen pedazo de territorio ucraniano.

En cuestión de meses, los rusos tuvieron que replegarse del norte de Ucrania, de Jarkov y de Jersón.

Con la llegada del invierno, los frentes parecen haberse bloqueado. Sin embargo, a medida que el frío congele el terreno, los servicios de inteligencia ucranianos y occidentales predicen una nueva gran ofensiva rusa sobre Kiev.

También se espera una nueva contraofensiva ucraniana tanto en Zaporiyia como en Lugansk. El resultado de estos movimientos invernales, si es que finalmente se producen, decidirán el desarrollo del conflicto en los próximos meses.

Lo que parece seguro es que Rusia no podrá hacer muchos más avances de los que ya ha hecho y que Ucrania tiene ahora la ventaja y la capacidad de presentar un plan de paz acorde con sus intereses.

La gran pregunta es: ¿aceptará Putin una derrota? Los altos jerarcas del Kremlin ya han dado a entender que no. Tanto Putin, como su portavoz Peskov y su ministro de Exteriores Sergei Lavrov han difundido veladas amenazas de realizar ataques nucleares si la derrota rusa parece inevitable.

China y Taiwán

Las tensiones entre China y Taiwán alcanzaron su máxima cota en este 2022. En el contexto de la guerra ucraniana parecía que Xi Jinping aprovecharía que la atención mundial estaba puesta en Ucrania para lanzar una ofensiva relámpago que le permitiera apoderarse de la isla.

Las declaraciones tanto del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, como de su secretario de Estado, Antony Blinken, advirtiendo de que en caso de agresión a Taiwán Estados Unidos se implicaría militarmente en la defensa de la democracia de la isla, parecieron disuadir a Pekín.

Pese a todo, la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taiwán en agosto desató una crisis sin precedentes.

Estados Unidos, por su parte, desplegó buques de guerra en la zona. ¿Se congelará el conflicto chino-taiwanés en 2023?

La nueva era de relaciones chino-estadounidenses que pretende inaugurar Xi Jinping tras afianzar su poder en el último Congreso del Partido Comunista chino podría hacer que, de momento, las pretensiones expansionistas chinas queden un tiempo aparcadas.

Pero las intenciones de Pekín son claras: quiere anexionar Taiwán y está dispuesta a hacerlo con el uso de la fuerza militar.

Irán

La muerte de la joven kurda Masha Amini, de 22 años, el 17 de septiembre en Teherán, después de ser detenida por la policía de la moral iraní por llevar mal colocado el velo islámico, desató la mayor oleada de protestas contra el régimen de los ayatolás desde el triunfo de la revolución islámica en 1978.

Las protestas han dejado un saldo, por el momento, de más de 500 manifestantes muertos por los enfrentamientos con la Guardia Revolucionaria iraní, 2 ejecutados en la horca y decenas de condenados a muerte que esperan la ejecución.

Las manifestaciones van poco a poco organizándose en pequeñas unidades conocidas como Grupos de Jóvenes Vecinos en distintas ciudades, que se encargan de convocar las manifestaciones y coordinarlas.

La mayor parte de los enfrentamientos se están produciendo en el Kurdistán iraní. La Guardia Revolucionaria incluso ha bombardeado posiciones del Kurdistán iraquí donde, según argumentaron, se refugian grupos antigubernamentales kurdo-iraníes.

El movimiento iraní también es imprevisible. En 2023 podría iniciar un declive hasta el control total por parte de las fuerzas iraníes. Pero también podría incrementarse la virulencia de las protestas, terminar de consolidarse en el Kurdistán –donde ya hay zonas que las fuerzas de Teherán no controlan– y hacer que los pilares del régimen fundado por el ayatolá Jomeini comiencen a tambalearse.

Palestina-Israel

El conflicto palestino-israelí discurre desde hace años por las desesperantes aguas de los conflictos de baja intensidad que no terminan de solucionarse.

En 2022 el conflicto continuó con esporádicos intercambios de cohetes entre las fuerzas israelíes y los terroristas de Hamás en la Franja de Gaza.

Las tensiones se dispararon por momentos con atentados terroristas y ataques con cuchillos por parte de milicianos palestinos en Jerusalén y los alrededores de las colonias israelíes en Cisjordania.

En concreto, la muerte de la periodista palestina cristiana de Al Jazzera, Shireen Abu Akleh de un tiro en la cabeza durante una redad israelí el 11 de mayo situó el conflicto al borde de una nueva guerra árabe-israelí.

La situación es muy delicada y cualquier incidente violento puede desatar las hostilidades a gran escala. La reciente victoria de Benjamin Netanyahu y el creciente radicalismo de Hamás y otros grupos palestinos hacen prever un 2023 lleno de tensiones en Oriente Medio.

Serbia-Kosovo

Las crecientes tensiones entre Serbia y su ex provincia de Kosovo son uno de los efectos colaterales de la invasión rusa de Ucrania.

Tradicionalmente cercanos a Moscú, los ánimos se han exacerbado en Serbia tras el inicio de la guerra ucraniana, y se ve cada vez con mayor rencor los movimientos de Pristina.

La decisión del gobierno kosovar, controlado por ultranacionalistas, de obligar a la población serbia de Kosovo de circular con matrículas kosovares en sus vehículos y, sobre todo, la decisión de suspender y aplazar las elecciones municipales en los territorios kosovares de mayoría serbia, han creado un connato de rebelión en el norte del país.

El gobierno serbio, que no reconoce la independencia de Kosovo, se ha apresurado a erigirse como defensora de la población serbo-kosovar y ha desplegado una fuerza de 5.000 soldados en la frontera de Kosovo, junto a las regiones de mayoría serbia.

Mientras tanto, la KFOR, la fuerza de la OTAN en Kosovo, mira de reojo estos movimientos, trata de calmar las aguas y lanza advertencias a Serbia sobre la tentación de intervenir militarmente.

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