Entrevista | Autor de Qatar, los secretos de una influencia planetaria
Christian Chesnot: «Rodarán cabezas en Doha a raíz del Qatargate: la imagen del emirato ya es tóxica»
De acuerdo con el periodista y escritor francés el escándalo es «muy grave» para Qatar, «porque pone al descubierto métodos bastante inconfesables»
El periodista Christian Chesnot, autor de un libro –publicado justo antes del Mundial de Fútbol– que desmenuza de cabo a rabo el sistema de poder del polémico emirato, explica a El Debate los entresijos del caso que ha sacudido a las instituciones europeas.
–¿Le ha extrañado el papel jugado por Qatar en el escándalo del Parlamento Europeo?
–Sí y no. Algo extrañado, sí, por el modus operandi utilizado, con esas bolsas repletas de dinero. Escena propia de película y un método algo primitivo.
Es cierto que, como lo cuento en el libro, el entonces Príncipe de Gales recibió también en 2015 tres millones de euros en efectivo para su fundación, que posteriormente fueron regularizados. Aquí, en el caso que nos ocupa, el procedimiento es algo grosero. Parece el Oeste norteamericano.
–Al mismo tiempo…
–Cuando conocemos el tipo de lobbying agresivo practicado por Qatar –diplomacia del maletín, diplomacia de la Rolex–, sorprende menos. Parece que la iniciativa ha partido del ministro de Trabajo del emirato, Ali Bin Samikh al-Marri, perteneciente a la misma tribu que el influyente Ali Bin Fetais al Marri, antiguo fiscal general.
–¿Qué interés tiene Qatar en modificar la voluntad de las instituciones occidentales?
–Es un país que ha querido acelerar su desarrollo. Qatar es una maquinaria de dinero. Por lo tanto, hay derivas, celos y un buen puñado de gente que medra en torno a todo esto.
–De ahí que estemos ante un caso típico de «diplomacia del Rolex»
–Diría más: es un caso típico de la «diplomacia de la chequera». Los Rolex son los pequeños regalos que forjan la amistad. Pero aquí, en lo del Parlamento Europeo, es corrupción pura y dura: los fajos de billetes bordean lo mafioso. Es muy grave.
–¿Para Qatar o para el Parlamento Europeo?
–Para Qatar, porque pone al descubierto métodos bastante inconfesables y para el Parlamento europeo, porque se compra a representantes públicos con maletines.
–Precisamente, lo que también ha sorprendido es que la eurodiputada Eva Kaili pronunciase su discurso pocos días después de volver de Qatar. No hace buen efecto.
–Significa claramente que estaba bajo influencia. Cuando se la escucha, destaca la ausencia de matices o de contextualización, al afirmar ante sus colegas que Qatar es un modelo de desarrollo. Es verdad que Qatar ha hecho esfuerzos, pero no se puede decir que es un modelo para la gente. Kaili fue ingenua.
–¿Por qué?
–Porque en Qatar hay una sensación de arrogancia, de poder sin límites. Acaban de amenazar veladamente a los europeos en relación con el gas: miren, anden con cuidado, tenemos acuerdos estratégicos… Tienen tendencia a comprarlo todo. ¿Tenéis un problema? Pagamos. Para Qatar, todo el mundo tiene un precio.
–En el escándalo del Parlamento Europeo, el emirato niega cualquier implicación.
–Puro postureo. Lo negarán hasta el final. Lo interesante, a partir de ahora, será lo que ocurra en las próximas semanas.
–¿Cuál es su pronóstico?
–Rodarán varias cabezas en Doha, puede que la del ministro de Trabajo. El Emir está muy descontento. Y actuará como en los ceses del fiscal general y del ministro de Finanzas. Habrá purga para salvar la imagen del país. Y dirán que es un caso aislado.
–¿Será suficiente?
–Para la reputación de Qatar en Europa es desastroso. En lo que respecta al Parlamento Europeo, muchos se lo pensarán antes de frecuentar a un diplomático qatarí o a un enviado especial. Durante un par de años serán tóxicos.