Alejandro Andrade, de escolta y testaferro de Hugo Chávez a informante de la justicia de EE.UU.
Alejandro Andrade Cedeño, el ex escolta del expresidente venezolano Hugo Chávez quien llegó a ser tesorero de la Nación (encargado de la Oficina Nacional del Tesoro de Venezuela) disfruta de libertad tras haber confesado sus delitos y brindar información clave ante la justicia de EE.UU.
Andrade se había declarado culpable y condenado en octubre 2018. Permanecía detenido desde febrero de 2019 y de acuerdo con el sitio de la Oficina Federal de Prisiones, el pasado 16 de febrero salió de la Institución Correccional Federal de Loretto, en Pensilvania.
El ex tesorero del líder bolivariano se convirtió en uno de los colaboradores más estrechos de Washington en las investigaciones sobre corrupción en Venezuela y logró una reducción del 65 % de su condena original de diez años de prisión.
Andrade colaboró con la justicia estadounidense para descifrar un esquema de corrupción contra PDVSA, la estatal petrolera de Venezuela, que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) estima en 2.400 millones de dólares.
Ironías de la vida o como parte de un mensaje a todos lo posibles colaboradores de la justicia, el mismo día en que un tribunal del Distrito Sur de Florida, desclasificó documentos sobre la colaboración de Álex Saab con la Administración de Control de Drogas (DEA), por presuntos hechos de corrupción en Venezuela, Andrade abandonó la prisión.
«Como residente legal de Estados Unidos, hoy finalmente estará en compañía de su querida familia y feliz de haber cumplido con su sentencia y obligaciones con el gobierno estadounidense», expresó a The Associated Press el abogado de Andrade, Michael Díaz quien agregó «espera tener un poco de paz y tranquilidad» sin ofrecer detalles de dónde vivirá el antiguo chavista.
La justicia estadounidense concede rebajas de penas a los acusados con la finalidad de desarticular, en este caso, las redes de corrupción de Venezuela, a cambio de testimonios sobre estos esquemas criminales.
El ex funcionario venezolano, quien ascendió de guardaespaldas a tesorero y testaferro del ex presidente Chávez, es el testigo más importante que ha tenido hasta ahora Estados Unidos para investigar la corrupción del gobierno bolivariano de Caracas.
Una vida de lujos en Florida
Andrade se mudó al sur de la Florida después de dejar su cargo en el régimen de Chávez. Vivía en una mansión rodeada de caballos en Wellington, una zona ubicada al noroeste de Miami conocida por sus actividades hípicas. Su hijo participaba en campeonatos ecuestres de salto.
La web venezolana supremainjusticia informó que los bienes confiscados durante el juicio a Andrade incluyeron 7 propiedades, 15 vehículos de lujo, 17 caballos y 35 relojes de lujo. A esto habría que sumarle el dinero que le fue decomisado en 9 cuentas bancarias, según el Corruptómetro, herramienta periodística de Transparencia Venezuela y la Alianza Rebelde Investiga (ARI) quienes han registrado la magnitud de la corrupción venezolana.
Andrade fue capaz de pagar una fianza de un millón de dólares para mantenerse libre al comienzo de su proceso judicial. Durante cerca de 11 meses su caso permaneció en secreto, a pesar de que el exfuncionario se había declarado culpable desde diciembre de 2017.
La información que dio Andrade permitió a las autoridades estadounidenses poner la mira en la enfermera de Chávez, Claudia Patricia Díaz Guillén, quien también llegó a manejar el Tesoro de la Nación; en su marido, el ex edecán del exmandatario bolivariano, Adrián José Velásquez Figueroa, conocido como 'Guarapiche', y en el empresario Raúl Gorrín, también presuntamente implicados en este esquema fraudulento.