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Protestas en contra de la creación de la Guardia Nacional, Jerusalén

Protestas en contra de la creación de la Guardia Nacional, JerusalénAFP

Israel  Netanyahu aceptó negociar su reforma judicial a cambio de una nueva guardia pretoriana

El principal beneficiado de este acuerdo es el ministro de Seguridad Nacional, el ultranacionalista Itamar Ben Gvir, que ha conseguido formar su ansiada Guardia Nacional

Tras más de 13 semanas de incesantes protestas en contra de la reforma judicial planteada por el Ejecutivo de Israel, finalmente, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, accedió a «pausar» la legislación y entablar conversaciones con la oposición.

El gesto, aparentemente altruista de Netanyahu, conllevaba una cesión al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir. El líder de la formación ultranacionalista sionista Poder Judío ha cumplido su principal demanda, la creación de una Guardia Nacional.

Muchos israelíes se preguntan el porqué de este nuevo cuerpo de seguridad, en un país que cuenta con un Ejército, Policía, Shin Bet, Mossad, Consejo Nacional de Seguridad, un equipo SWAT y Policía de Fronteras. En este sentido, Ben Gvir ha aclarado que esta nueva Guardia Nacional se ocuparía, entre otras cosas, de prevenir «el terrorismo y crímenes nacionalistas».

Un concepto algo amplio, que cobra sentido al especificar que «es un proyecto sionista que busca fortalecer la seguridad y la gobernanza de Israel». En otras palabras, el cuerpo estará enfocado en la minoría árabe, que supone el 20 % de la población de Israel. Ben Gvir ya se había manifestado a favor de crear un cuerpo «dedicado en exclusiva» a sofocar «disturbios» o protestas a favor de la causa palestina.

Pero lo que ha provocado aún más polémica es el hecho de que se reduzcan los presupuestos del resto de ministerios para financiar la creación de la Guardia Nacional –aproximadamente 250.000 euros anuales–. El líder del principal partido de la oposición de Israel, Yair Lapid, ha reprochado al Ejecutivo de Netanyahu que recorte «en sanidad, educación, transporte público para financiar un ejército privado de matones para el payaso de TikTok» –en referencia a Ben Gvir–.

El jefe de la Policía de Israel, Kobi Shabtai, se ha sumado también a las críticas y ha afirmado que la creación de una Guardia Nacional «dañará la seguridad personal». Shabtai ha acusado al ministro de Seguridad de querer desintegrar al Cuerpo de Policía de Israel «desde dentro». Esta cesión por parte de Netanyahu a Ben Gvir ha vuelto a prender la llama de las protestas, que se habían apaciguado tras la «pausa» de la reforma judicial.

Una vez más, los israelíes han vuelto a salir a las calles para protestar contra el Ejecutivo, la reforma judicial y en esta ocasión también se han visto pancartas condenando la nueva Guardia Nacional. Una polémica medida que ahonda más en el enfrentamiento entre la población árabe y los israelíes.

Más de 200.000 manifestantes se volvieron a congregar, el pasado sábado, en la decimotercera protesta, desde enero, para evitar la puesta en marcha de la reforma judicial. Una legislación que acabaría con la separación de poderes y otorgaría un poder, casi total, al Ejecutivo de Netanyahu, el más ultranacionalista y escorado a la derecha de la historia del Estado judío.

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