Detienen al hombre sospechoso de matar a cinco personas por pedirle que dejara de hacer ruido en Texas

Después de cuatro días de búsqueda, la Policía de Estados Unidos detuvo el martes a un ciudadano mexicano sospechoso de matar a tiros a cinco vecinos hondureños en Texas. El supuesto agresor se encontraba escondido en un armario.

«Tengo buenas noticias, el sospechoso está bajo custodia», reveló en conferencia de prensa el sheriff del condado de San Jacinto, Greg Capers, en cuya jurisdicción ocurrieron los hechos, tras una operación que desplegó a más de doscientos agentes y que implicó al FBI.

El sospechoso, identificado como Francisco Oropesa, de 38 años, está acusado de asesinato después de, presuntamente, acabar con la vida de cinco personas, entre ellas un niño de nueve años, en Cleveland.

El hombre estaba escondido «en un armario debajo de la ropa», e ileso, en una ciudad del condado de Montgomery, a unos 50 km de la escena del crimen, en el norte de Houston, perteneciente al estado de Texas.

«Reconocemos las rápidas gestiones de las autoridades en Estados Unidos para que se imparta justicia», dijo en Twitter el canciller de Honduras, Enrique Reina, poco antes de que la Policía confirmara la captura del sospechoso.

Según las investigaciones, que recoge la cadena NBC, los vecinos de Oropesa habrían pedido al acusado que dejase de disparar su rifle al aire o que lo hiciese en una zona más alejada de la casa, porque estaban tratando de dormir a un bebé y los disparos les molestaban.

Tras negarse a hacerlo, los vecinos amenazaron con llamar a las autoridades, momento en el que Oropesa entró en su casa y disparó contra varias de las personas que se encontraban dentro. Tras los hechos el hombre huyó y la Policía inició una feroz cacería.

Oropesa se enfrenta a cinco cargos por asesinato. El presunto atacante fue deportado cuatro veces entre 2009 y 2016, según han señalado funcionarios de inmigración de Estados Unidos a la BBC.

En lo que va del año, Estados Unidos ha registrado más de 180 tiroteos masivos, con cuatro o más personas heridas o muertas, según el Gun Violence Archive.

Con más armas de fuego que habitantes, el país tiene la tasa más alta de muertes por este tipo de armas que cualquier otra nación desarrollada: 49.000 en 2021, frente a las 45.000 del año anterior