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El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan

El presidente turco, Recep Tayyip ErdoganAFP

Turquía

Erdogan mantiene el veto a Suecia en la OTAN y le exige acabar con las protestas en su contra

Ankara aleja cada vez más la posibilidad de que Estocolmo pase a ser el miembro número 32 de la Alianza durante la cumbre de julio en Vilna

Suecia no pasará a formar parte de la Alianza Atlántica en un futuro cercano. Turquía y su presidente Recep Tayyip Erdogan mantienen el veto al país nórdico. «Suecia no debería esperar un cambio de actitud de Ankara sobre su candidatura a la OTAN a menos que impida las protestas contra Turquía en Estocolmo», ha declarado Erdogan.

Representantes de la OTAN, Finlandia, Suecia y, por supuesto, Turquía se han reunido hoy en Ankara para discutir la adhesión del país nórdico a la Alianza. La reunión, que duró unas tres horas, acabó sin avances significativos. Estocolmo no podrá convertirse en el país número 32 durante la cumbre que tendrá lugar el próximo mes de julio en Vilna.

Erdogan no considera que sus exigencias se hayan cumplido y se niega a levantar el veto a Estocolmo, a pesar de los esfuerzos de mediación del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que ya se ha reunido con el mandatario turco en incontables ocasiones. En un comunicado, la Presidencia turca ha señalado que las partes acordaron seguir trabajando en los «posibles pasos concretos» para conseguir que la entrada de Suecia a la organización se materialice.

Pero, el mensaje final de Turquía es que Suecia no debe esperar mucho de la próxima cumbre de la OTAN. Ankara acusa a Estocolmo de dar cobijo a simpatizantes del proscrito Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y exige la extradición de más de cien personas que, según Turquía, mantienen lazos con la formación kurda.

El país nórdico, que en un principio se negaba a ceder a las demandas de Erdogan, ha ido reculando. La primera medida fue modificar sus leyes antiterroristas. Suecia ha incluido como delito cualquier vínculo con una organización terrorista, lo que incluye al PKK. Pero no solo, ha ido un paso más allá todavía y ha aprobado la extradición de un supuesto simpatizante.

A pesar de todos estos gestos de buena fe de Estocolmo a Ankara, Erdogan quiere más e insiste en que se erradiquen por completo las muestras de apoyo al PKK en Suecia. «No se trata sólo de una modificación de la ley o de un cambio constitucional. La Policía debe impedir estas protestas», ha declarado el presidente turco.

Suecia, por su parte, mantiene la esperanza y defiende que las conversaciones con los funcionarios turcos habían sido buenas y que continuarían las discusiones destinadas a superar las objeciones de Ankara, pero sin marcar una nueva fecha.

«Es mi trabajo persuadir a nuestra contraparte de que hemos hecho lo suficiente. Creo que lo hemos hecho», ha puntualizado el jefe negociador sueco, Oscar Stenstrom. «Pero Turquía aún no está lista para tomar una decisión y cree que necesita más respuestas a las preguntas que tiene». Estocolmo vuelve a la casilla de salida, a la espera de que Erdogan vea cumplidos todos y cada uno de sus requisitos.

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