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Berlín (Alemania), 17/03/2023.- Soldados de la guardia de honor llegan para la ceremonia de nombramiento del nuevo Inspector General del Ejército alemán Carsten Breuer en el Ministerio de Defensa en Berlín, Alemania, este viernes. EFE/FilipSinger

Soldados de la guardia de honor en Berlín, AlemaniaEFE

Europa

Los problemas del Ejército alemán para conseguir nuevos reclutas

Atraer nuevos talentos es una tarea urgente ante la intención de aumentar el número de tropas

El estudiante Max Mueller es joven, capaz y está en forma, exactamente el tipo de recluta que le vendría bien al Ejército alemán. Pero no considera alistarse, menos aún desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania.

«En el caso de que comience una guerra, estás obligado a ir», dijo a Afp el estudiante de deportes de 23 años. «Podría morir» añadió.

Muchos jóvenes alemanes descartan hacer carrera militar, lo que complica enormemente a la Bundeswehr encontrar nuevos reclutas.

Atraer nuevos talentos es una tarea urgente ante la intención de aumentar el número de tropas e implementar una muy necesaria renovación de las fuerzas armadas a raíz de la guerra en Ucrania.

Los datos corroboran el desafío: el número de solicitudes para unirse a la Bundeswehr cayó un 7 % en los primeros cinco meses de este año respecto al mismo periodo de 2022, aunque las solicitudes de información aumentaron, aclaró recientemente el ministro de Defensa, Boris Pistorius.

Desesperado para cambiar la tendencia, el Ejército desplegó una campaña publicitaria, tanto física como virtual, para atraer sangre nueva.

Aunque las fuerzas alemanas no luchan en Ucrania, la cercanía del conflicto reaviva unos temores enterrados desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Centro de carrera de las Fuerzas Armadas alemanas Bundeswehr en Essen, Alemania occidental

Centro de carrera de las Fuerzas Armadas alemanas Bundeswehr en Essen, Alemania occidentalAFP

La participación de Berlín en la alianza de defensa de la OTAN implica también que sus tropas pueden ser llamadas a ayudar a la Policía en las fronteras del bloque con Rusia, lo que aumenta la posibilidad de verse implicados en combates o escaramuzas.

Incluso entre los soldados ya reclutados, pocos se presentan voluntariamente para ser destinados al frente oriental de la OTAN.

Solo uno de cada cinco se alistaron para la brigada de combate que Berlín planea apostar en Lituania, según un informe reciente de la revista Der Spiegel.

Estas reticencias no sorprenden en un país con un marcado carácter pacifista desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y una juventud habituada al cómodo nivel de vida de la principal economía europea.

La vida castrense «asusta»

Pero algunos conservan el entusiasmo. Miguel Aydogan, de 18 años, quiere cumplir «su sueño de infancia» de enrolarse en el Ejército.

La guerra en Ucrania y la posibilidad de ser enviado a combatir no lo desaniman.

«Para eso estoy aquí, para poder ayudar», dijo Aydogan a Afp después de una sesión informativa en un centro de carrera militar en la ciudad occidental de Essen.

Esta sesión es uno de los primeros pasos a seguir para unirse a la Bundeswehr. En ella, los oficiales plantean a los posibles reclutas distintas opciones.

Además del tradicional puesto de soldado, el Ejército debe cubrir otras posiciones que van desde empleos técnicos a cocineros, algunos «en uniforme» y otros en la rama civil.

Lisa Hoffmann también considera unirse a las fuerzas armadas, probablemente en la sección médica, porque quiere «algo más» de lo que ofrece su actual trabajo de enfermera.

El capitán Heiko O. asesor profesional de las Fuerzas Armadas alemanas Bundeswehr, escucha a Lisa Hoffmann

El capitán Heiko O. asesor profesional de las Fuerzas Armadas alemanas Bundeswehr, escucha a Lisa HoffmannAFP

Pero reconoce las dificultades del Ejército para atraer a las nuevas generaciones.

La vida en los cuarteles «simplemente asusta a muchos jóvenes», dice la mujer de 23 años a Afp tras visitar el centro en Essen.

«No vivir más en 'el hotel de mamá' desalienta a mucha gente. Nuestra generación está un poco más consentida», opina.

Reto demográfico

Los esfuerzos para impulsar el atractivo de las fuerzas armadas empezaron antes de la guerra de Ucrania, con el objetivo fijado hace años de incrementar el número de efectivos a 203.000 en 2031, contra alrededor de 181.000 ahora.

Pero Pistorius, que asumió el cargo en enero, reconoció el mes pasado que la meta era «ambiciosa» y que se estaba revisando.

Décadas de escasa financiación dejaron a la Bundeswehr en un estado lamentable. En marzo, un importante parlamentario encargado de analizar las fuerzas armadas confesó que les faltaba un poco de todo.

Tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania, el jefe de gobierno, Olaf Scholz, anunció una financiación especial de 100.000 millones de euros (107.000 millones de dólares) para solventar estas carencias.

La Bundeswehr enfrenta también un problema de reputación después de varios escándalos por las simpatías de las fuerzas especiales con la extrema derecha.

Y como en otros sectores, el Ejército debe reclutar en un grupo demográfico menguante debido al envejecimiento poblacional.

«El cambio demográfico es, por supuesto, un enorme» reto, dice el capitán Heiko O., asesor profesional en el centro de Essen.

«Tenemos menos jóvenes buscando trabajo y muchos más empleadores, simplemente porque la generación más vieja se está jubilando», concluyó.

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