El líder de Hezbolá defiende que el Líbano «entró en la batalla el 8 de octubre»

El Líbano contenía el aliento ante las primeras palabras del líder de Hezbolá, Hasan Nasralah, sobre la guerra entre Israel y Hamás. El país del cedro ha amanecido este viernes completamente paralizado, las clases en algunos distritos se han cancelado, mientras que los seguidores del Partido de Dios se agolpaban en los suburbios del sur de Beirut, donde se han colocada pantallas, para escuchar, impacientes, las palabras del secretario general de la milicia chií.

Banderas amarillas ondeaban en el aire, junto con las palestinas y la fotografía de Nasralah y del líder supremo de Irán, Ruhollah Jomeini, entre los miles de partidarios que se han reunido hoy para descubrir cuál será el destino de su país. «Vamos a rezar en Al Aqsa», sonaba a través de los altavoces, en referencia a la mezquita de Jerusalén, así como el nombre que uso Hamás para referirse a su ataque terrorista –«inundación de Al Aqsa»–contra Israel, el pasado 7 de octubre, que acabó con la vida de 1.400 civiles y más de doscientos rehenes.

Las paredes aparecían adornadas por los retratos de los «mártires» que han muerto durante los recientes enfrentamientos en la frontera sur del Líbano entre los milicianos del Partido de Dios e Israel. Vestido de riguroso negro y con un tono de voz desafiante, Nasralah se ha dirigido a los libaneses para mostrar el apoyo inquebrantable de Hezbolá a Hamás, que, hasta ahora, se ha limitado a un intercambio de fuego cruzado con el Estado judío. Sin embargo, para el líder chií, el frente libanés entró «en batalla el pasado 8 de octubre».

«Lo que sucede en el frente (libanés) es muy importante. Para quienes piden a Hezbolá que entre en una guerra abierta, lo que está sucediendo en la frontera puede parecer leve. Pero no es el caso. Y eso no nos bastará», ha adelantado Nasralah. Esto justifica, según las palabras del secretario general del partido, el alto número de milicianos muertos –más de 50– en tan solo tres semanas. Y ha lanzado una advertencia a su enemigo: «Cometerás el peor error si intentas una ofensiva contra el Líbano ».

En esta línea, Nasralah ha justificado el ataque terrorista perpetrado por Hamás, el pasado 7 de octubre, y que precipitó la intervención del Ejército de Israel en la Franja de Gaza. Nasralah ha querido «agradecer» a todos aquellos países Hispanoamericanos que han mostrado su apoyo a la cusa palestina, así como a los países árabes, con especial mención a Irak y Yemen, donde los grupos proiraníes han llevado a cabo ataques contra el país hebreo.

Asimismo, el líder de Hezbolá ha negado que ni el grupo libanés ni Irán hayan formado parte del ataque de Hamás. «Algunos afirman que la operación sirvió a los objetivos de Irán en la región o a las negociaciones nucleares, pero eso no son más que mentiras. La operación Inundación de Al Aqsa es enteramente palestina, para Palestina, su causa, su pueblo, y no está relacionada con ninguna cuestión regional o internacional», ha remarcado.

Pero ha insistido en que la guerra contra Israel es «legítima a nivel moral, religioso y humanitario», y justificó en la importancia del «factor sorpresa» la tardanza en pronunciarse sobre el conflicto en Gaza y la situación en el Líbano. Nasralah ha dejado claro que Hezbolá persigue dos objetivos, «el cese de las hostilidades y de la guerra contra Gaza» y «la victoria de Hamás en Gaza».

Con este primer discurso ha mandado un mensaje directo al Gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, y a Estados Unidos. El Líbano continuará con el fuego cruzado desde el sur, abriendo otro frente en el conflicto y dividendo al Ejército israelí. Incluso ha planteado la opción de que esta intervención vaya más allá. Para Hezbolá, Israel no es el único enemigo y ha apuntado directamente al país norteamericano. «Estados Unidos es enteramente responsable de la guerra en Gaza, e Israel es sólo un instrumento para llevarla a cabo», ha sentenciado.