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Las banderas de España y Marruecos, junto a un retrato del Rey de Marruecos, Mohammed VI

Las banderas de España y Marruecos, junto a un retrato del Rey de Marruecos, Mohammed VIEFE

La reelección de Sánchez se convierte en una nueva victoria para Marruecos

Rabat se asegura así de que España mantenga su apoyo al plan de autonomía marroquí sobre el Sáhara Occidental

El mundo ha seguido de cerca, y con especial atención, las acrobacias y peripecias del recién investido presidente Pedro Sánchez. En un momento en el que los países se relacionan según sigan una política de izquierdas o de derechas, en España, Sánchez ha conseguido formar Gobierno, de nuevo, tras pagar un alto peaje impuesto por independentistas y nacionalistas. Los pactos, sobre todo la amnistía, han sido ampliamente criticados en la prensa internacional, sin embargo, para Marruecos era de vital importancia que Sánchez volviera a la Moncloa, por lo menos, durante los próximos cuatro años.

Marruecos se asegura, con Sánchez como presidente del Gobierno español, una nueva legislatura exenta de sorpresas y adecuada a sus deseos, ante todo, en lo que respecta al plan de autonomía marroquí sobre el Sáhara Occidental. El líder socialista, a través de una carta en marzo de 2022 y filtrada por medios marroquíes, cambió la posición histórica de España sobre su antigua colonia y aceptó la propuesta de Marruecos como la «base más serie, creíble y realista» para la resolución del conflicto.

De esta manera, Sánchez daba por zanjada la crisis diplomática que ambos países llevaban arrastrando desde hace más de un año, desatada por el ingreso en un hospital de Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Ni el espionaje con el sistema Pegasus de varios teléfonos móviles de ministros, exministros, y del propio Sánchez, que se relaciona con Marruecos, ni el plantón del Rey Mohammed VI al presidente del Gobierno durante la Reunión de Alto Nivel ni el continuo cierre de aduanas en Ceuta y Melilla han hecho que Sánchez cambie su política de complacencia hacia Marruecos.

Por ello, la prensa marroquí ha interpretado la reelección de Sánchez como una victoria para su país. El diario digital Le360, medio afín al Palacio Real, ha descrito al presidente del Gobierno como «un político formidable», mientras que tacha a Vox de ser un partido «marroquí-fóbico». Para Marruecos «este nuevo nombramiento es sinónimo de la continuidad de la solidez de las relaciones entre los dos países, a la luz del apoyo irreversible de España al plan de autonomía del Sáhara bajo soberanía marroquí, y anuncia asociaciones aún más prometedoras», apuntan desde el diario.

La antigua colonia española se ha convertido en el eje de las relaciones entre Rabat y Madrid. El Sáhara «es la vara de medir con la que se miden otras cuestiones. La adopción por parte de España del punto de vista marroquí en esta cuestión es un punto de inflexión histórico», subraya el historiador Abdelouahed Akmir, en declaraciones a Le360. Pero España también se encuentra supeditada a Marruecos en temas de seguridad e inmigración. «Casi un millón de marroquíes, que representan tres generaciones, viven en España», destaca el digital marroquí.

El investigador Abdelaali Barouk, en declaraciones a Médias24, lo deja claro: «Marruecos es el ganador indirecto de las elecciones españolas». «Sabiendo que numerosos intereses económicos y de seguridad vinculan a los dos reinos, el Gobierno español no tendrá ningún aliciente en cambiar su posición respecto a la cuestión del Sáhara», sostiene Barouk. Sin embargo, existe un obstáculo que amenaza con dinamitar este idilio que vive el PSOE, con Sánchez a la cabeza, y Marruecos. La formación de Yolanda Díaz, Sumar, se ha mostrado completamente contraria a aceptar el plan marroquí sobre el Sáhara y se ha comprometido con el Frente Polisario a promover la causa saharaui.

Sumar habría llegado a un acuerdo informal de 11 puntos con el movimiento saharaui para discutir las reivindicaciones de independencia del Polisario, según adelantó El Confindencial. Aunque el Sáhara no se encontraba en el acuerdo de Gobierno entre PSOE-Sumar, el partido de Yolanda Díaz sí se ha comprometido con el Polisario, una información que no ha sentado nada bien en Rabat. Aún así, Marruecos confía en que Sánchez pueda atar en corto las aspiraciones de Sumar en política y exterior y mantener así su situación privilegiada.

Todavía está por ver qué país visitará antes el recién investido presidente del Gobierno, Marruecos o Argelia. Argel es el principal aliado del Frente Polisario y rompió relaciones con Madrid hace ya más de un año, aunque, recientemente, han anunciado el nombramiento de un nuevo embajador a España, con la esperanza de pasar página. Pero en Rabat lo tienen claro: «los grandes perdedores (de las elecciones españolas) son el Polisario y Argelia».

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