El Papa Francisco da por superados los insultos de Milei: «En campaña se dicen cosas de broma»
El nuevo presidente de Argentina insultó gravemente al Papa Francisco durante la campaña electoral
El Papa Francisco y el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, limaron asperezas tras las gruesas palabras que el mandatario dedicó al Pontífice durante la campaña presidencial.
En una entrevista concedida en el Vaticano a la periodista mexicana Valentina Alazraki para el medio Nmas, el Santo Padre afirmó que durante la conversación telefónica que ambos mantuvieron tras el triunfo electoral del candidato libertario, se aclaró todo lo que había que aclarar.
En campaña, explicó el Papa a Alazraki, «electoral se dicen cosas en broma, digo entre comillas, se dicen seriamente, pero son cosas provisorias. Cosas que se usan para crear un poco de atención, pero que después caen solas».
«Hay que distinguir mucho entre lo que dice un político en la campaña electoral y lo que realmente va a hacer después, porque después viene el momento de lo concreto, de las decisiones, de esas cosas», dijo el Pontífice.
Durante la campaña electoral, Milei llegó a insultar gravemente al Papa, recuerda el diario Clarín, lo llamó «imbécil» y «nefasto» y lo acusó de «impulsar el comunismo», además de referirse al Papa argentino como «el maligno en la Tierra que ocupa el trono de la casa de Dios».
Sin embargo, el Papa dio el asunto por zanjado: «yo le hago fe siempre a los políticos. Le hago fe, porque creo que la política –no lo dije yo, lo dijo un Papa anterior– es la forma más elevada de la caridad, el amor al pueblo, el amor político».
Por otra parte, el Papa confirmó que tiene pendiente el viaje a Argentina y que «se verá cómo van las cosas».
El Papa y Javier Milei hablaron por teléfono cuando se anunció su victoria en la segunda vuelta electoral de las presidenciales.
En concreto, el Papa habría deseado a Milei «coraje y sabiduría» para su nueva responsabilidad de gobierno, además de expresarle «deseos de unión y progreso para nuestra Patria». Asimismo, el Santo Padre prometió enviarle al nuevo presidente un rosario bendecido, gestos que habrían servido para romper el hielo.