Walz acepta la nominación para la vicepresidencia con un discurso que descubre las grietas de los demócratas
La noche también estuvo marcada por la intervención de figuras como el expresidente Bill Clinton
Las cinco claves del segundo día de la Convención Demócrata: un partido en crisis en busca de unidad
En un espectáculo que dejó ver la grieta ideológica dentro del Partido Demócrata, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, aceptó la nominación para la vicepresidencia durante la Convención Nacional Demócrata en Chicago. Su discurso, aclamado por los asistentes, fue un compendio de promesas progresistas, muchas de ellas alejadas de la realidad política y económica del país, pero diseñadas para apelar a la base más radical del partido.
Walz inició su intervención agradeciendo a Kamala Harris, la candidata a la presidencia, por confiar en él para acompañarla en la boleta. No faltaron los agradecimientos a Joe Biden, cuyo legado, según Walz, será recordado como un ejemplo de «liderazgo fuerte e histórico». Sin embargo, para muchos observadores, ese «liderazgo» ha sido en gran medida un fracaso, especialmente en áreas críticas como la economía, la seguridad y la política exterior.
El discurso de Walz estuvo cargado de la retórica habitual de la izquierda demócrata. Habló de la sanidad y la vivienda como «derechos humanos», ignorando las complejidades y los desafíos financieros que estas políticas conllevan. También se describió a sí mismo como «una persona real que puede conseguir una diferencia real», pero sus propuestas, como el fortalecimiento de la Seguridad Social y las ayudas públicas a la educación, sonaron más a eslóganes que a soluciones viables.
Walz, un ex maestro y entrenador de fútbol americano, intentó conectar con la audiencia usando metáforas deportivas, asegurando que aunque «estamos un gol por debajo, estamos atacando y tenemos la pelota». Este tono optimista contrasta fuertemente con la realidad de un partido que enfrenta un electorado cada vez más polarizado y una creciente insatisfacción con la dirección que ha tomado bajo el liderazgo de Harris y Biden.
El gobernador de Minnesota también tocó el tema de las armas, defendiendo regulaciones más estrictas, pero asegurando que él, como cazador, «es mucho mejor que muchos de los congresistas republicanos» en este tema. Este comentario, lejos de unir, parece destinado a alienar aún más a los votantes de centro y de la derecha moderada, quienes ven estas propuestas como una amenaza a sus derechos constitucionales.
Candidato a vicepresidente
Tim Walz, el elegido por Kamala que estaba a favor de las armas y cometió errores con George Floyd
La noche también estuvo marcada por la intervención de figuras como el expresidente Bill Clinton, quien, fiel a su estilo, improvisó y bromeó sobre cómo Harris, si es elegida, superaría su récord de tiempo pasado en McDonald's. Clinton, quien agradeció a Biden por su «sacrificio» al abandonar la carrera presidencial, también se aseguró de lanzar una pulla a Donald Trump, burlándose de la edad del expresidente.
Por su parte, Pete Aguilar, presidente del Caucus Demócrata de la Cámara Baja, aprovechó su discurso para atacar a Trump y defender la política migratoria de Harris, prometiendo «caminos hacia la ciudadanía» para los migrantes indocumentados.
La tercera jornada de la Convención Demócrata dejó claro que el partido sigue enredado en su propia retórica progresista, sin ofrecer soluciones reales a los problemas que enfrentan los ciudadanos. Con Walz en la fórmula vicepresidencial, los demócratas parecen más interesados en satisfacer a su base radical que en atraer a los votantes indecisos que determinarán el resultado de las elecciones de noviembre.